Emociones 25 Abr 2023

BY: Calltek

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Las emociones en la psicología

Solemos recurrir al término “emociones” con facilidad, pero ¿sabemos realmente lo que significa y lo que implica, especialmente a nivel psicológico?

Las emociones son una materia de estudio de diversos campos, no solo de la psicología. Por ejemplo, están siendo un pilar muy importante de la comprensión y el desarrollo de las inteligencias artificiales.

 

¿Qué son las emociones?

Etimológicamente, el término emoción significa “el impulso que induce a la acción”.

Sin embargo, en psicología, definimos como emoción aquel sentimiento o percepción de los elementos de la realidad o de la imaginación. Este sentimiento del que hablamos se expresa físicamente, bien mediante funciones fisiológicas o bien mediante reacciones de conducta.

Por último, a un nivel puramente biológico, las emociones se consideran procesos neuroquímicos y cognitivos que se relacionan con la arquitectura de la mente, y que se han ido desarrollando y perfeccionando, respondiendo a diferentes necesidades de supervivencia y reproducción.

Todas las emociones cuentan con dos componentes:

  • Cuantitativo: describe la magnitud con la que sentimos una emoción.
  • Cualitativo: describe la emoción en sí, como el amor, cariño, alegría, miedo, inseguridad, etc.

 

¿Para qué sirven?

Las emociones establecen muchas conductas de adaptación fundamentales para nuestro organismo, por ejemplo, favoreciendo la supervivencia. No obstante, las emociones tienen efectos negativos capaces de alterar la conducta y hasta el cómo nos relacionamos.

Hay que recalcar también las expresiones emocionales, es decir, la demostración externa de lo que se está sintiendo en un momento determinado.

 

¿Qué estudia la psicología?

Hay tres dimensiones a las que la psicología les da relevancia:

  • Cognitiva: es lo que procesa y da significado a cualquier evento o interacción que procede del ambiente. Esta cognición, sin embargo, se puede dar de forma irracional, procesando algo de forma incorrecta.
  • Afectiva: son todas aquellas emociones tanto positivas como negativas que se presentan en nuestras relaciones.
  • Conductual: aquellas conductas que se observan al mismo tiempo que las emociones.

 

El proceso fisiológico

Durante cada proceso emocional, también se desatan diferentes procesos fisiológicos, la forma en la que demostramos externamente todas nuestras emociones. Sin embargo, ¿comprendemos realmente qué es lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando sentimos una emoción?

 

¿A qué se deben?

Actualmente, existen varios modelos explicativos en forma de teorías:

  • James y Lange: dice que los sentimientos emocionales son una consecuencia de la activación corporal y suceden a la misma.
  • Cannon y Brand: establece que la actividad del tálamo causa los sentimientos emocionales al mismo tiempo que la activación fisiológica.
  • Schachter: afirma que las emociones se producen en el momento en el que la activación física se interpreta cognitivamente.

 

La parte fisiológica

Se considera un componente fisiológico a todos aquellos cambios que tienen lugar en el Sistema Nervioso Central (SNC). Estos cambios se producen debido a que se relacionan con los procesos de cognición de los que hablábamos anteriormente.

Durante cada proceso emocional, Rosenzweig y Leiman consideran más activos ciertos puntos del SNC:

  • Corteza cerebral: activa, regula y es capaz de integrar las reacciones emocionales.
  • Hipotálamo: activa el sistema nervioso simpático y se relaciona con emociones como miedo y enfado, y también participa como activador de la sed y el deseo.
  • Amígdala: se relaciona con la ira, placer, dolor y miedo.
  • Formación reticular: filtra e interpreta la información percibida por una persona, procesando patrones físicos con el fin de reconocer estructuras cognitivas que no son directamente perceptibles.

 

Emociones básicas

A pesar de que hay varias listas de emociones básicas, vamos a intentar aunarlas lo máximo posible y explicarlas correctamente. Para ello, utilizaremos cinco herramientas:

  • Antecedente: explica cuándo aparece la emoción.
  • Función: para qué sirve la emoción.
  • Cuerpo: qué nos ocurre fisiológicamente durante la misma.
  • Cognición: qué ocurre en nuestra mente y pensamientos.
  • Acción: qué es lo que nos impulsa a hacer.

 

Alegría

  • Antecedente: aparece cuando algo nos gusta y/o nos hace sentir bien.
  • Función: aporta ánimo y nos ayuda a reproducir y hacer aquello que nos hace sentir bien.
  • Cuerpo: se expande.
  • Cognición: positividad y optimismo.
  • Acción: reír y sonreír, hacer bromas y compartir la experiencia.

Tristeza

  • Antecedente: generalmente se produce ante pérdidas o malas noticias.
  • Función: hacernos conscientes de pérdidas o cosas que añoramos y aceptar la pérdida.
  • Cuerpo: produce lentitud, contrae el cuerpo, y puede llegar a causar dolores en el pecho y nudos en el estómago y la garganta.
  • Cognición: reflexiona sobre la vida y elaboración de la fase de duelo.
  • Acción: nos aísla y nos requiere reposo.

Amor, cariño y apego

  • Antecedente: suele darse ante alguien a quien admiramos o protegemos.
  • Función: produce seguridad y te acerca íntimamente a la otra persona.
  • Cuerpo: se relaja.
  • Cognición: positividad, optimismo y tranquilidad.
  • Acción: establece relaciones sociales.

Miedo

  • Antecedentes: aparece antes de una amenaza o un peligro, ya sea real o imaginado.
  • Función: nos protege, advirtiéndonos de las amenas.
  • Cuerpo: tensa el cuerpo, activa las piernas, aumenta la frecuencia cardíaca y puede producir dolor en el estómago.
  • Cognición: anticipa el peligro y busca soluciones.
  • Acción: suele ser de escape, evitación, bloqueo o la búsqueda de ayuda.

Sorpresa

  • Antecedente: es una emoción que aparece ante situaciones inesperadas o extrañas para nosotros.
  • Función: nos ayuda a orientarnos y a saber qué hacer ante una nueva situación.
  • Cuerpo: produce tensión en el cuerpo y rostro.
  • Cognición: es capaz de dirigir los procesos cognitivos a una situación nueva.
  • Acción: facilita la exploración y el interés ante esa nueva situación.

Enfado

  • Antecedente: ante el daño o la pérdida de algo que queremos recuperar.
  • Función: cumple una función de autodefensa, superando obstáculos e inhibiendo reacciones que nos molestan de otras personas.
  • Cuerpo: activa brazos y piernas, tensa los músculos, y puede producir taquicardia e hiperventilación.
  • Cognición: se interpreta la situación como un abuso y se planifica el cómo defendernos.
  • Acción: el tono de voz se vuelve serio y se adopta una posición física de ataque/defensa y bloqueos.

Asco

  • Antecedente: se produce cuando algo nos resulta repulsivo. También con estímulos que entendemos como perjudiciales para nuestra salud.
  • Función: Asegura la supervivencia y nos protege.
  • Cuerpo: tensa la zona facial y puede sobreactivar o producir dolor en el estómago, hiperventilación y/o taquicardia.
  • Cognición: lo que percibimos como desagradable se valora negativamente y rechazamos ciertos estímulos.
  • Acción: el cuerpo tiende a escapar, evitar y rechazar el estímulo.

Calma

  • Antecedente: es una emoción que se produce cuando nos sentimos seguros.
  • Función: permite tomar perspectiva y evaluar nuestros recursos.
  • Cuerpo: da tranquilidad y nos deja reposar.
  • Cognición: focaliza la atención en el presente y hace que el razonamiento sea tranquilo y eficaz.
  • Acción: facilita la conexión con uno mismo y con los demás.

Culpa

  • Antecedente: depende de los valores individuales y sociales y aparece cuando rompemos sus normas.
  • Función: facilita el proceso de reparación y aprendizaje.
  • Cuerpo: tensiona el estómago y el pecho y produce una sensación de un nudo en la garganta.
  • Cognición: permite buscar soluciones y evalúa antecedentes y consecuentes.
  • Acción: principalmente, con el fin de reparar el daño.

Vergüenza

  • Antecedente: es una emoción social, que también depende sobre todo de los valores sociales de nuestro entorno. Se produce cuando consideramos que estamos dañando nuestra apariencia o la imagen que reflejamos ante los demás.
  • Función: inhibe o evita una conducta que pueda causar rechazo social.
  • Cuerpo: aparece rubor facial, calor, rigidez del cuerpo y dolor de estómago.
  • Cognición: anticipa el rechazo social y evalúa las posibilidades.
  • Acción: hace que nos queramos ocultar o huir.

 

Las emociones se encuentran muy bien representadas en la película de Disney para niños “Del Revés”, por si queremos comenzar a identificarlas y gestionarlas en una edad temprana.

Psicología del color 28 Mar 2023

BY: Calltek

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Psicología del color: ¿cómo nos afecta?

Desde hace años, y más a raíz de la digitalización de marcas y empresas, vamos oyendo hablar cada vez más de la psicología del color. Sin embargo, ¿sabemos exactamente qué es? ¿Nos puede llegar a afectar, o podemos sacarle provecho de alguna manera?

En realidad, la respuesta es que se trata de un tema más que estudiado, cuyo centro se asienta sobre una base muy sencilla y clara: los colores nos provocan diferentes emociones y comportamientos.

 

¿Qué es la psicología del color?

Podemos definir la psicología del color como el campo de estudio que analiza cómo percibimos los colores y qué emociones y comportamientos pueden suscitar en nosotros.

Sin embargo, no debemos olvidar que siempre hay una parte subjetiva en este tipo de psicología, y que pueden existir variaciones en la interpretación y el significado del color entre las diversas culturas.

 

Influencia del color en el estado mental

Muchas empresas conocidas diseñan su branding (marca, logos, etc.) pensando en enviar uno u otro mensaje a sus clientes y posibles consumidores. En temas de decoración, por ejemplo, también se utiliza frecuentemente la psicología del color.

Existe un tipo de terapia, denominada arteterapia, donde se asocian los colores a las emociones de la persona, y se puede llegar a influenciar el estado físico y mental del paciente.

 

Colores y emociones

A continuación, vamos a numerar algunos de los colores que más fácilmente generan emociones en el ser humano:

  • Amarillo: su excesiva presencia causa irritabilidad y fatiga visual.
  • Rojo: suele hacer que nos comportemos de un modo más extravertido y asertivo, especialmente cuando lo vestimos. Hay que tener cuidado al utilizarlo, ya que es demasiado impactante y puede saturar con facilidad.
  • Azul: hace que nos sintamos tranquilos y seguros.
  • Verde: según los expertos, incita a la relajación y el bienestar.
  • Blanco: provoca una percepción de espacio absoluta y más amplitud, así que es ideal para dar sensación de libertad.

 

¿Por qué ocurre esto?

La relación entre los colores y las sensaciones y actitudes se produce debido a dos causas:

  • Biológicas: ya no solo a nivel humano, sino en la naturaleza, los colores influyen en las conductas de los animales. Por ejemplo, los colores fríos y oscuros, como el añil, se interpretan como señales de enfermedad, mientras que los colores vistosos se advierten como señales de peligro y/o advertencia.
  • Culturales: prácticamente la totalidad de las sociedades humanas asocian colores a conceptos e ideas abstractas. Un gran ejemplo son las pinturas corporales o los dibujos.

 

Los colores y su simbolismo

A pesar de que existe, como comentábamos, cierta ambigüedad en la asociación y el simbolismo de los colores, a continuación vamos a hablar de los colores más importantes y sus significados más o menos comunes en Occidente:

  • Blanco: suele representar pureza, inocencia, limpieza, paz y virtud.
  • Amarillo: se relaciona con felicidad, riqueza y abundancia, poder, fuerza y acción. No obstante, se considera un color de los más ambiguos, pudiendo identificarse también con la envidia, ira y traición.
  • Rojo: se asocia a la pasión, fuerza, revolución, virilidad y peligro o agresividad. Se trata de un color con más consenso entre los científicos.
  • Naranja: se relaciona con entusiasmo, acción, sensualidad, con lo divino y la exaltación. En Occidente también se asocia con el optimismo.
  • Azul: representa la tranquilidad, frescura, inteligencia, calma, armonía, seguridad, confianza y pureza. En ciertos tonos también puede asociarse a la lejanía y la frialdad.
  • Verde: se asocia a la juventud, esperanza, dinero y naturaleza o ecología.
  • Morado: suele utilizarse para representar la sofisticación, la elegancia, el misterio, nostalgia, calidad y espiritualidad.
  • Rosa: se relaciona con dulzura, delicadeza, amistas y amor puro. También se ha asociado históricamente con lo femenino, pero cada vez menos.
  • Gris: es uno de los colores que más varía con la cultura. Puede percibirse como indeterminación, mediocridad, paz, tenacidad o tranquilidad.
  • Negro: es de los pocos colores con connotaciones negativas, ya que se asocia a la muerte, lo malvado y la destrucción. No obstante, también se encuentra asociado al misterio, lo desconocido, elegancia, formalidad y sobriedad.

 

Colores fuera de Europa

Además de identificar los colores y sus significados comunes en Occidente, también nos gustaría destacar algunos de los usos para esos mismos colores fuera de nuestra cultura.

  • Blanco: en Oriente y África, se asocia con la muerte. Se suele usar en fondos.
  • Negro:en el antiguo Egipto, representaba fertilidad y crecimiento. También es muy usado en marcas de alto standing.
  • Azul: tanto en Oriente como en Occidente, se trata del color favorito de la gran mayoría de diseños corporativos. En Corea, se relaciona con la muerte.
  • Verde: especialmente en los últimos años, suele asociarse sobre todo con la naturaleza y los productos ecológicos.
  • Naranja: es un color muy utilizado en la publicidad para sustituir al rojo. Además, en Sudáfrica el rojo y el naranja muestran respeto a los fallecidos.
  • Rojo: en China, se utiliza para los vestidos de novia, ya que es considerado como un sinónimo de vida y buena suerte.

 

Y tras leer esto… ¿cuál es tu color favorito?

Deportistas de élite salud mental 28 Feb 2023

BY: Calltek

Actualidad / Interesante

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Deportistas de élite: ¿necesitan ayuda psicológica?

En ocasiones, la salud mental de los deportistas de élite se da por sentada o se invisibiliza. Sin embargo, a pesar de que sea un aspecto que puede no percibirse a simple vista, lo cierto es que su estado mental puede llegar a influir excesivamente en el rendimiento físico de cualquier deportista.

Alcanzar el éxito en el ámbito deportivo requiere tanto de preparación física como psicológica, especialmente en los momentos más críticos o de mayor presión en los retos que se les presentan.

 

¿Qué imagen tenemos de los deportistas de élite?

Normalmente, cuando vemos a las personas que se incluyen en el sector de los deportes de élite, suele ser en partidos o eventos relacionados con el deporte que practican. En ocasiones, también podemos ver cómo se comportan en entrevistas o en participaciones en otros escenarios, como programas o ruedas de prensa.

Hay que tener en cuenta que los deportistas de élite tienen que lidiar a diario con la presión, no solo la propia, sino la del resto de personas a su alrededor: entrenadores, patrocinadores, fans, etc. A causa de ello, y muchas veces por comentarios o publicaciones en redes sociales, el espectador se puede dar cuenta de que ocurre algo o de que el deportista puede necesitar algún tipo de ayuda o terapia psicológica.

 

¿La presión puede suponer un problema?

En competiciones tan extremas, la presión es algo con lo que los deportistas deben lidiar de forma constante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, a pesar de que estos deportistas se vean superados por la presión, eso no implica que tengan ningún problema de salud mental.

Cuando una noticia de esta índole, como de que alguien ha abandonado o no se presenta a alguna competición, se presenta, lo primero que se hace es cuestionar el motivo de esa “huida”. La creencia errónea de que este tipo de personas lo “tienen todo” es lo que hace que le extrañe tanto a todo el mundo el que sufran de problemas tan mundanos como estrés o ansiedad. Pero, tal y como ocurre con los actores, esa imagen de personas felices y pagadas de sí mismas es eso, una imagen.

 

¿Influye el tipo de deporte?

Es cierto que hay una diferencia entre los deportes de equipo o individuales.

En los deportes de equipo, el deportista se siente protegido y acogido por el grupo, y tienen un apoyo psicológico tanto conjunto como de forma más individualizada.

Por otra parte, en los deportes individuales puede aparecer mayor necesidad de ayuda, puesto que se ven más afectados emocionalmente que los equipos.

 

Deportistas de élite interesados en la salud mental

Veamos algunos ejemplos de deportistas de élite que se han preocupado o se han mostrado interesados en temas de salud mental:

  • Simone Biles: gimnasta cuatro veces campeona olímpica, que se ha retirado para centrarse en su salud mental.
  • Naomi Osaka: tenista que abandonó el Roland Garros a causa de la presión que le provocaban las ruedas de prensa.
  • Michael Phelps.
  • Rafa Muñoz.
  • Raven Saunders.
  • Rafa Nadal.

 

Funciones de un psicólogo deportivo

El objetivo principal de un profesional que ofrece ayuda psicológica a los deportistas de élite es la mejora de su rendimiento o el cumplimiento de sus metas.

Para lograr alcanzar esta meta, podemos enumerar una serie de funciones que lleva a cabo el psicólogo deportivo:

  1. Evaluación de las necesidades del deportista.
  2. Regulación de la respuesta emocional ante demandas externas y trabajo del autocontrol mediante una gestión adecuada de la presión y un buen control del estrés.
  3. Mentalización del deportista para su/s competición/es.
  4. Aumento de la concentración para evitar el desgaste.
  5. Visibilizar la salud mental en el deporte y humanizar a los deportistas de élite.
  6. Incremento de la autoconfianza.
  7. Soporte durante la recuperación de lesiones.
  8. Enseñar al deportista a detectar pensamientos trampa y patrones de comportamiento disfuncionales, y otras señales que indican que su mente necesita descansar.
  9. Desarrollo de ayuda psicológica personalizada: dependiendo del caso, se puede enfocar más hacia la automotivación, la buena organización del tiempo o la creación de rutinas de acondicionamiento y técnicas de relajación.
  10. Fomenta la cohesión y las dinámicas grupales en los deportes de equipo.
Niebla mental 20 Jun 2022

BY: Calltek

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Niebla mental tras el COVID-19

En la actualidad, la mayoría de la población conoce, bien por propia vivencia o bien por la de sus allegados, los efectos del COVID-19. Sabemos cuáles son los síntomas más comunes, las últimas variantes e incluso cómo hay que tratarlo o cuándo debemos preocuparnos, pero, ¿sabemos lo que es la niebla mental?

Con cada nueva cepa hay un cambio en los síntomas, lo que nos hace estar alerta de forma constante. Y no solo hablamos de las cepas, podemos hablar también del post-COVID. Durante los tres meses siguientes a la infección de COVID, se ha observado que un porcentaje de las personas que lo padecieron sufren con persistencia pérdidas de memoria y de concentración. Esto se aplicó tanto a pacientes con síntomas leves como a los más graves.

 

¿Qué es la niebla mental?

Posterior a la recuperación de los síntomas más comunes de COVID, en ciertas ocasiones aparece un fenómeno llamado niebla mental. Las personas que la sufren la describen de diferentes maneras, pero más o menos con las mismas características:

  • Pérdida de memoria.
  • Dificultad a la hora de recordar, comprender o encontrar las palabras adecuadas.
  • Problemas de atención y concentración.
  • Sensación de abrumación a la hora de realizar tareas simples.
  • Confusión general o “aturdimiento”.
  • Mareos o faltas de equilibrio.

La niebla mental se resume como una alteración de las capacidades cognitivas, provocando olvidos y ciertas dificultades con la concentración y el lenguaje. Además, es importante destacar que muchos de los pacientes que la refieren no han sufrido ningún síntoma ni trastorno neurológico anterior. Es más, esta niebla mental puede darse incluso en individuos asintomáticos de COVID-19.

Es posible que estos síntomas persistan durante incluso más de tres meses, y es importante saber cuándo hay que simplemente convivir con ellos, y cuándo acudir a un profesional sanitario.

 

Señales de la niebla mental

Cualquier persona que crea que puede tener alguna de las siguientes señales, o una vez que estos síntomas llegan a interferir con su vida, debe dirigirse a un médico:

  • Dificultad de acceso a la memoria semántica: problemas para comprender y recordar palabras.
  • Problemas con la memoria episódica: por ejemplo, no recordar ciertas tareas o dónde se ha dejado un objeto.
  • Trastorno disejecutivo: dificultad a la hora de planificar y organizar.
  • Torpeza mental: sensación de lentitud o de estrés a la hora de cualquier respuesta mental.
  • Síntomas de ansiedad y depresión: estado de ánimo bajo, miedo, irritabilidad…
  • Trastornos del sueño y/o apetito.

En especial, es importante tener presente que si estas señales se encuentran asociadas a otro síntoma inusual (debilidad, dificultad para hablar/ver, hormigueos), debemos ir al médico de manera urgente.

 

¿Por qué ocurre?

Es posible que en algunos pacientes, el COVID-19 sea capaz de causar pequeñas lesiones cerebrales que podrían estar relacionados con esta niebla mental. Sin embargo, hay otros casos en los cuales, a pesar de no existir estas lesiones cerebrales, la persona tiene esta niebla mental igualmente.

Una de las sospechas médicas se centra en una activación del sistema inmunológico que puede tener como efecto secundario una afectación del sistema nervioso. Otra sospecha importante se centra en la hipótesis de que el hipocampo y parte del sistema límbico se ven muy afectadas por la pérdida del olfato y genera alteraciones en las nuevas neuronas.

Otras sospechas médicas son:

  • Ansiedad o depresión.
  • Desequilibrio en los neurotransmisores.
  • Déficit de vitaminas.

¿La niebla mental solo se da con el COVID-19?

A pesar de que pueda parecer que este fenómeno solo se da en pacientes de COVID, lo cierto es que cualquier otra enfermedad podría provocarlo. Si los investigadores están en lo cierto y esta niebla mental se produce a cause de una respuesta inmunológica, cualquier virus o bacteria, en realidad, podría desatarla también.

Generalmente, cuando un paciente padece una enfermedad grave, siempre cabe la posibilidad de que desarrolle problemas cognitivos. El único motivo por el que recientemente se está asociando más al COVID-19, es porque ahora mismo, hay más infecciones por COVID-19.

 

¿Hay tratamiento?

En la medicina actual, la manera de tratar la niebla mental en un primer momento es similar a la de una lesión en la cabeza. Es muy importante descansar lo suficiente y evitar el estrés.

De todas formas, es vital conocer al máximo posible cuál podría ser el origen de la niebla mental para poder tratarlo con eficacia. En función de este origen, nos decantaremos por uno u otro tratamiento.

Dado que no hay ninguna evidencia que sustente que la niebla mental es permanente, lo más probable es que tras unas semanas, el paciente vuelva a la normalidad. Para ello, lo mejor es tratar de volver a sus rutinas habituales y tratar de mantener un estilo de vida saludable y la mente ocupada.

Psicología Oscura 23 May 2022

BY: Calltek

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Psicología oscura: una guía rápida

Últimamente, es probable que hayamos oído hablar del término psicología oscura. Se trata de una corriente psicológica introducida recientemente, que puede utilizarse para hacer referencia a distintos rasgos de la personalidad poco deseables o atractivos. Estos rasgos son considerados inquietantes o peligrosos para nosotros mismos o para los demás.

A nivel común, la psicología oscura se conoce como el arte y la ciencia de la manipulación y control, preocupada por la naturaleza psicológica de las personas que se benefician de los demás. Se entiende el término de psicología oscura como el uso de tácticas de motivación, persuasión, manipulación y coerción para obtener algo.

 

Pero… ¿la psicología oscura es real?

En realidad, no es una rama que exista. Es cierto que hay áreas de la psicología que investigan el comportamiento de los criminales (como la psicología criminal) para determinar las razones tras sus actos. Este tipo de psicología también estudia los tipos de delincuentes y sus respectivas conductas delictivas. Por su parte, también nos encontramos con la psicología forense, que estudia los procesos mentales y las conductas de alguien, que se presentarán a un juicio.

Al mencionar la psicología oscura, es muy importante separar y explicar adecuadamente estos dos conceptos y especificar que, a pesar de que una persona encaje en los patrones de conducta de la psicología oscura, no tiene por qué ser o llegar a ser un delincuente. De la misma manera, una persona con este patrón de conducta del que hablamos no tiene por qué ser fácilmente reconocible: puede serlo cualquiera.

 

Tácticas relacionadas con la psicología oscura

Algunas de las tácticas que comúnmente se relacionan con la psicología oscura, y a las que nos podemos enfrentar diariamente, pueden ser:

  • Love Flooding: uso de afecto para pedir algo.
  • Mentira: también podemos incluir aquí la exageración de la verdad o las verdades parciales.
  • Negación del amor: retención del afecto con objetivo de conseguir algo. También se puede dar en forma de abstinencia, o lo que podemos conocer como “hacer el vacío”.
  • Restricción de elección: ofrecer opciones para distraer de la elección no deseada.
  • Psicología inversa: tratar de convencer a una persona con la intención de que haga lo contrario.
  • Manipulación semántica: uso de palabras de forma diferente a la que el receptor percibe.

 

¿Quién puede llegar a utilizar estas tácticas?

Si bien es cierto que hay personas que conocen estas tácticas y las utilizan en pos de su favor, hay otras que pueden llegar a usarlas sin ser plenamente conscientes.

Todo el mundo podría utilizar las herramientas de esta corriente psicológica, pero hay ciertas personas que parecen utilizarlas con más frecuencia:

  • Narcisistas: las utilizan para mantener la adoración y el elogio del resto a sí mismos.
  • Sociópatas: las usan para construir una relación superficial y aprovecharse de ella.
  • Líderes: pueden utilizar algunas o todas las tácticas para lograr un mayor esfuerzo o desempeño de sus seguidores.
  • Personas egoístas: usan estas tácticas para satisfacer sus propias necesidades, incluso a expensas de otra/s persona/s.

 

Patrón de conducta: la tríada oscura

La tríada oscura constituye un patrón de conducta de la personalidad basado en rasgos propios del narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo.

Este término hace referencia a personas con puntuaciones altas en ciertos test de evaluación, indicando que pueden causar malestar y problemas en el ambiente laboral. Son perfiles caracterizados por falta de empatía, comprensión, compasión, y que suelen resultar poco agradables en general. Este trío, asimismo, define lo que generalmente llamaríamos una “mala persona”.

Hemos de recalcar que la denominación “oscura” no indica que sean rasgos negativos, sino que quizá pueden expresar frialdad o maldad al expresar las emociones, cierto toque de agresividad, o poca honestidad.

El estudio de la tríada oscura se utilizar principalmente en la psicología aplicada, especialmente en la ley, la psicología clínica y la gestión empresarial.

 

Los rasgos de la tríada oscura

A pesar de ser conceptualmente distintos, las evidencias sostienen que los tres rasgos que componen la tríada oscura están estrechamente relacionados, y asociados con la manipulación.

 

Narcisismo

Las personas narcisistas tienden a centrarse en sí mismas, fantasear con el poder y necesitar admiración. El narcisismo puede ser un rasgo de personalidad o un tipo de trastorno de personalidad. Es conveniente no mezclar ambos significados, ya que existe una diferencia clara entre ambas acepciones. La personalidad narcisista puede atender a: sobrestimación de la propia valía; necesidad excesiva de admiración; fantasías constantes con el poder y el éxito; necesidad de ser especial; creencia de un derecho adquirido (creer que se merece un trato especial o que se le debe algo); explotación de los demás; carencia de empatía; envidia hacia los demás, o la creencia de que se le envidia; actitud arrogante y prepotente.

 

Maquiavelismo

Se trata de un comportamiento muy marcado, con actitud cínica y estrategias con el fin de servir a sus propios intereses. Su significado se asocia a la manipulación, la astucia y el engaño. Es un rasgo de la personalidad que implica una priorización absoluta de los propios intereses, donde la persona no duda en manipular o explotar a otros para lograr sus fines.

 

Psicopatía

Con su base en la falta de empatía, convierte a la persona en alguien desinteresado por los demás, o más bien, por sus sentimientos. Se trata de un tipo de trastorno mental caracterizado por la alteración del carácter o de la conducta social de una persona. Las personas que cuentan con este rasgo siguen ciertas pautas de conducta: se muestran distantes y ajenos, con conductas crueles; a pesar de ser capaces de distinguir lo moralmente correcto, no les importa; y muestran conductas deshonestas y manipuladoras. Además, son capaces de relacionarse con normalidad con su entorno, pero no pueden llegar a mantener una relación afectiva sincera y fiable. También es importante recalcar que algunas personas nacen con predisposición genética, y que se vincula al entorno en el que se desarrolla la persona.

 

Sadismo

Recientemente, también se ha estudiado la posible adición de las personas sádicas, que disfrutan al infligir dolor a los demás y destacan en los niveles altos de crueldad. Dado que varias de las características del sadismo son similares a las de la tríada, y al mismo tiempo, cuentan con aspectos únicos, algunos psicólogos consideran que debe añadirse y formar una “tétrada oscura”. Por otro lado, otros investigadores opinan que el sadismo no puede reducirse a los otros rasgos.

 

Psicología oscura y psicopatía

En 1941, H. Cleckley editó la obra The Mask of Sanity, considerado el origen del estudio clínico de la psicopatía. Décadas después de eso, en 1976, Cleckley propuso ciertos rasgos para definir las psicopatías subclínicas. En realidad, al mencionar la psicología oscura, por norma general se hace mención a estas características. Hoy en día son más relevantes debido a la importancia adquirida de la psicología, por ejemplo, en procesos académicos o empresariales.

 

Rasgos de la psicopatía

  • Encanto superficial, que puede resultar atrayente.
  • Inteligencia destacable.
  • Ausencia de pensamientos irracionales, alucinaciones y nerviosismo.
  • Falta de sinceridad y honestidad.
  • Conductas antisociales no justificadas.
  • Incapacidad para sentir vergüenza y expresar remordimiento, o expresar emociones intensas referentes a otras personas, como amistad y/o amor. Relaciones afectivas inestables.
  • Dificultad para aprender de las experiencias y para adquirir resiliencia.
  • Egocentrismo y narcisismo.
  • Pérdida de intuición y/o sentido común.
  • Conductas exageradas, tales como amenazas de suicidio.
  • Incapacidad para elaborar un plan de vida, o en su defecto, seguirlo.

 

 

 

Guerra de Ucrania 02 May 2022

BY: Calltek

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Guerra de Ucrania: ¿cómo nos afecta psicológicamente?

En un mundo tan globalizado como el actual, donde un conflicto bélico de este calibre era, hasta hace prácticamente un par de meses, impensable, llegan a nuestros oídos de forma contante tres palabras: la guerra de Ucrania.

Y es que, a pesar de que geográficamente no nos situemos “cerca” del conflicto, socialmente estamos más cerca que nunca. Especialmente gracias a los medios de comunicación, cualquier acontecimiento relevante llega a tener impacto en nuestra vida cotidiana, ocurra donde ocurra.

Tampoco ayuda, además, el encontrarnos todavía en plena recuperación de una situación como la de la pandemia. Estos dos últimos años, si bien han sido difíciles para todos, parecían estar tranquilizándose con la ayuda de las vacunas. Hasta ahora.

 

¿Qué supone la guerra de Ucrania?

En realidad, uno de los puntos que más podemos escuchar a la hora de oír hablar de la guerra de Ucrania es el parón en seco a la tranquilidad. Es un fenómeno que es capaz de generar opiniones muy diversas y un gran movimiento social (ya sea a favor de unas opiniones o de otras).

En primer lugar, es básico recalcar que parece que todos tenemos claro un punto primordial: “no a la guerra”, presente en redes sociales, campañas sociales y en todo tipo de medios de comunicación. Sin embargo, debemos ser conscientes que la interpretación y consecuente actuación de este desastre puede ser muy diferente dependiendo de la franja de edad en la que nos encontremos.

  • Niños: lo más importante es saber cómo explicarles qué está ocurriendo en Ucrania, para que no generen miedos irracionales o estrés innecesario. De esa manera, debe formar parte de las conversaciones familiares, pero solo transmitiéndole certezas y seguridad, evitando cualquier tipo de confusión. Es vital hacerles entender que hay cosas que suceden que no tienen una explicación plausible, o que pueden no tener respuesta en ese momento. También es bueno que tengan la sensación de que pueden ayudar, aunque sea simbólicamente.
  • Adolescentes: el caso de los adolescentes, no obstante, es más peligroso. Al utilizar frecuentemente las redes sociales, no llegan a ser ajenos del conflicto. Pueden no entender del todo qué ocurre, pero saben que hay víctimas, y eso puede provocarles sufrimiento y malestar psicológico.
  • Adultos: los más afectados son los padres de niños en edad escolar, que entienden el conflicto, se preocupan por sus consecuencias, y, además, por lo que puede repercutirles o esperarles a sus hijos en el futuro.
  • Personas mayores: quizá se pueda decir que, dada su edad o sus experiencias, sean la franja más capaz de relativizar el problema y sufrir menos que otros grupos.

Efectos psicológicos en España

En nuestra nación, es importante conocer cómo nos afecta a nivel psicológico este conflicto. Un factor básico en estos efectos es, precisamente, el factor distancia. Con esto nos referimos tanto a distancia geográfica como a distancia emocional: si hemos viajado a Ucrania o Rusia o nos sentimos involucrados de alguna manera, nos afectará más.

Miedo

Ante la aparición de una guerra, el primer efecto que podremos observar entre la población es el miedo. Dadas las situaciones similares anteriores, la gente de a pie relaciona la guerra con el caos, la incertidumbre, la pobreza y la violencia.

Aunque no nos llegue a afectar de manera directa, sí que podemos llegar a empatizar con las víctimas, especialmente para las personas con hijos. Estos últimos pueden llegar a plantearse una sensación añadida de miedo o de duda ante lo que les puede deparar el futuro a sus descendientes.

Ansiedad

La angustia ante la incertidumbre es habitual en este tipo de situaciones. La aglomeración de noticias acerca de la guerra de Ucrania ya nos está pasando factura a nivel psicológico. En su peor estadio, este tipo de ansiedad puede llegar a causar insomnio y hasta depresión.

Hemos de tener en cuenta que la forma en que nos afecte la guerra dependerá en un alto grado de nuestra capacidad de resiliencia, de adaptarse a las situaciones estresantes y/o nuevas. También podrían darse casos de síntomas físicos a causa de los nervios o el estrés, como cefaleas, problemas intestinales o dermatitis.

En términos generales, si sentimos que estos efectos nos sobrepasan y no logramos gestionar nuestras emociones, podemos terminar por tener una inadaptación muy importante a periodos bélicos. Es muy complicado saber cómo podemos tratar la ansiedad ante este tipo de situaciones, y por ello, es importante recurrir a profesionales, que harán que todo resulte más sencillo.

 

¿Qué podemos hacer para sobrellevar la guerra de Ucrania?

Os dejamos una serie de consejos para tratar de continuar con nuestras vidas de la mejor manera posible mientras dure el conflicto:

  • Mantener distancia respecto al problema: a pesar de que es importante empatizar, en ocasiones debemos recordarnos que nosotros nos encontramos a cierta distancia del foco. Si en algún momento consideramos que nos sentimos demasiado angustiados, o que nos está afectando sobremanera, lo mejor es considerar la distancia emocional.
  • Priorizar los problemas: la manera en que nos afecte la guerra de Ucrania dependerá de forma determinante de la salud psicológica que tengamos previamente. Sin embargo, podemos utilizar a nuestro favor esta situación, comparando lo que considerábamos problemas y dándole a cada cosa su importancia real.
  • Afrontar el miedo: debemos evitar que la guerra sea un tema tabú. A pesar de que el miedo es una emoción necesaria para la vida (ya que va intrínsecamente ligada a nuestro sentido de la supervivencia), no podemos permitir que nos domine. Debemos entender que podemos tener miedo, pero no ser nuestro miedo: debemos seguir adelante, a pesar de sentirlo. Hablar de ello, por ejemplo, con amigos y familiares, puede ser muy útil.
  • Consumir información real y relevante: ante la era de la desinformación, es primordial saber que no todas las noticias que llegan a nuestros oídos son ciertas. Es muy importante contrastar la información y no creernos rumores o bulos.
  • Limitar el consumo de información: en ocasiones, nos puede parecer que la mejor solución es “saberlo todo”. En casos como este, donde abundan las malas noticias, es más adecuado limitar las horas de consumo para no obsesionarnos con el tema.

 

Si quieres ayudar a Ucrania, puedes echar un vistazo a ACNUR (aportaciones económicas) o Cruz Roja (ayudas económicas y voluntariado). Recuerda, que, además, nosotros nos encontramos disponibles para ayudarte a superar esta difícil etapa si lo necesitas.

¡Ánimo y di NO A LA GUERRA!

persona altamente sensible 15 Mar 2022

BY: Calltek

Diagnóstico y Tratamientos / Interesante

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Persona Altamente Sensible: ¿qué es y qué no es?

En los últimos tiempos, se ha hecho bastante eco de las PAS, o Personas Altamente Sensibles. Una Persona Altamente Sensible es aquella que posee el rasgo de la “Alta Sensibilidad”. A pesar de que el término fue acuñado en los años 90, por la psicóloga Elaine Aron, las investigaciones acerca de su validez, ámbito y repercusiones no han cesado. Es más, se han llevado a cabo desde diferentes puntos de vista para delimitarlo: neurología, genética, y por supuesto, psicología. Lo que se ha deducido de estos estudios es que se trata de un rasgo innato en nada menos que entre, como mínimo, un 15 y un 30% de la población.

Hay que aclarar que, a pesar de que comúnmente se asocie a la vulnerabilidad, debilidad, fragilidad, victimismo, o incluso “cosas de mujeres”, no tiene nada que ver con eso. Nada más lejos de la realidad.

 

¿Qué entendemos por Persona Altamente Sensible?

La Alta Sensibilidad, por definición, es un rasgo, es decir, una característica distintiva de una persona. Este tipo de personas poseen un sistema neurosensorial más desarrollado de lo común, y, por tanto, son capaces de procesar mucha más información simultáneamente.

Hay que entender que ser PAS no es ninguna enfermedad, trastorno o patología, y que posee ventajas e inconvenientes, como cualquier otra peculiaridad. Igualmente, una persona no puede “dejar de ser PAS”, ya que como explicamos, se trata de un rasgo, que además cuenta con una importante carga genética.

 

Características de las PAS: D.O.E.S.

Es importante conocer y saber gestionar las características de la Alta Sensibilidad para asegurar una buena calidad de vida a la Persona Altamente Sensible.

Para considerar que una persona es PAS, tiene que contar con todas las siguientes características, resumidas en el acrónimo D.O.E.S. (D de “Deep Processing”; O de “Overstimulation”; E de “Emotional Reactivity” y S de “Sensitive to Subtleties”):

  1. Deep Processing (Procesamiento Profundo): se refiere a la realización de análisis exhaustivos de los pensamientos. Una Persona Altamente Sensible evalúa las situaciones globalmente, comparando toda la información a la que pueda tener acceso. Además, no lo hace de manera voluntaria, y, por ende, no tiene control sobre esta acción: toma lugar de manera innata.
  2. Overstimulation (Sobreestimulación): una de las características más determinantes de las PAS es la reactividad a los estímulos, que se produce de manera desmesurada en comparación con una persona no PAS. Si sumamos esto al exceso de información que reciben del entorno, en muchas ocasiones la Persona Altamente Sensible termina por sentirse abrumada o exhausta.
  3. Emotional Reactivity (Reactividad Emocional): definida gracias a la fRMI (resonancia magnética funcional), una tecnología del campo de la neurociencia, se ha demostrado que las personas PAS registran más actividad de lo normal en el hemisferio derecho del cerebro. En esta área se encuentran las emociones, los sentimientos y la creatividad. También se ha observado una mayor cantidad de neuronas espejo, con más actividad.

    Las neuronas espejo son una clase se neuronas que se activan al ejecutar una acción o al observar la ejecución de esa acción por otro individuo. Permiten comprender los sentimientos de los demás y establecer conexiones con otras personas.

  4. Sensitive to Subtleties (Sensibilidad a las sutilezas): sensibilidad especial a las sutilezas y cambios del entorno. La Persona Altamente Sensible es capaz de percibir detalles que el resto pasan por alto.

¿Quieres saber si eres PAS? Realiza el test de PAS España desde aquí.

 

Características complementarias de la Persona Altamente Sensible

A pesar de que las D.O.E.S. son los cuatro pilares, podemos observar otras características frecuentes en las personas PAS:

  • Necesitan más tiempo para adaptarse a los cambios y cosas nuevas.
  • Poseen una alta sensibilidad al dolor físico y emocional.
  • Tienen dificultad para soportar estímulos muy intensos (luces, sonidos, sabores u olores).
  • Tienden a hiperempatizar y caer en el rol del “salvador”.
  • Rechazan la violencia en todas sus formas y expresiones.
  • Poseen un gran interés por desarrollarse personalmente.
  • Se sienten más cómodas en grupos pequeños.
  • Necesitan tener vínculos emocionales significativos, con una presencia natural del lenguaje emocional.
  • Tienden a somatizar el estrés, sufriendo largos períodos de ansiedad.

 

Qué NO es ser PAS

Hay otras características, sin embargo, con las que se puede confundir la Alta Sensibilidad. ¡Aclaramos algunas!

  • Ser una Persona Altamente Sensible no significa tener altas capacidades.
  • Los PAS no tienen por qué sufrir enfermedades autoinmunes.
  • Una PAS puede ser extrovertida (es más, un 30% lo son).
  • Las Personas Altamente Sensibles no son “videntes”, ni están obligadas a ser “espirituales”.
  • La Alta Sensibilidad no es un sinónimo de susceptibilidad, debilidad, etc. Tampoco se relaciona con la hipersensibilidad.

 

 

¿Cómo es la vida de una Persona Altamente Sensible?

Incluso contando con numerosas investigaciones y habiéndose demostrado sus teorías, a día de hoy todavía existe un gran desconocimiento general sobre las Personas Altamente Sensibles.

Es cierto que, en cierto punto, ser una persona PAS tiene sus ventajas: la vida es más intensa, sin duda. Sin embargo, lidiar con los contras de serlo quizá disminuya esa parte positiva.

¿Qué tiene de bueno?

Una PAS debe aprender a tomar conciencia de cómo es, a valorar positivamente sus aptitudes y, sobre todo, a despresurizar la información excesiva que recibe. Una vez hemos resuelto esta parte, contamos con varios puntos fuertes:

  • Las personas PAS tienen una gran capacidad de escucha y empatía, lo que facilita sobremanera la creación y mantenimiento de relaciones interpersonales.
  • Disfrutan de su espacio de soledad y son capaces de recuperar su equilibrio biológico antes de someterse a otra sesión de excitabilidad.
  • Debido a su gran gestión de la información, las PAS poseen una habilidad de análisis más profunda y precisa. También pueden desarrollar pensamientos deductivos en profundidad.
  • Una PAS siempre tomará partido ante una injusticia, y de la misma manera, pondrá todo de su parte para ser colaborativa.

 

¿Cuál es la parte “mala”?

Esta “sensibilidad desmedida” también cuenta con una serie de puntos débiles, a los cuales hay que aprender a hacer frente de la mejor manera posible.

  • De forma habitual, al recibir una gran cantidad de estímulos sensoriales a lo largo del día, la Persona Altamente sensible termina por saturarse, sufriendo bloqueos y estrés continuo.
  • Al experimentar profundamente todas las emociones, también experimentan de la misma manera los aspectos negativos, lo que puede conducir a tristeza, impotencia, o incluso a depresiones.
  • Una persona PAS necesita breves períodos de descanso tras la exposición continuada a estímulos.

 

NAS o Niños Altamente Sensibles

Dado que la etapa infantil es crucial para el desarrollo desde cualquier punto de vista, es importante saber reconocer los signos de que un niño pueda contar con el rasgo de la Alta Sensibilidad. Éste se manifiesta desde las primeras etapas vitales, y parece tener un componente genético determinante.

Es fácil que un NAS experimente estrés frecuente, dado que también presentan las D.O.E.S. y se pueden sobresaturar fácilmente. Suele tratarse de niños inteligentes y creativos, con poco control sobre sus emociones, y que parecen abrumarse ante los nuevos entornos. Estos niños, pese a lo que se pueda pensar, no tienen problemas de sociabilidad.

¿Cómo tratar a un NAS?

En primer lugar, es importante no colocar “etiquetas”. Hay que explicarle al pequeño que posee una serie de habilidades y características únicas, que le hacen especial. La mejor alternativa para explicar la Alta Sensibilidad es referirse a la “capacidad de sentir”, reforzando la existencia de personas que sienten con mayor intensidad.

Después, es importante evitar la exposición a un gran número de estímulos; facilitarle el descanso; tener paciencia e intentar comprenderle son los puntos clave de la educación de un Niño Altamente Sensible. Establecer límites mediante recompensas puede ayudarles a lidiar con su vida cotidiana, y el enseñarles a resolver problemas también se consideran tareas básicas para los padres de un NAS.

Stop Bullying 24 Feb 2022

BY: Calltek

Interesante

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BULLYING II. Prevención y consecuencias

Una vez hemos clarificado qué es el bullying, qué tipos hay, y cómo detectarlo (si no lo has leído, puedes hacerlo aquí), llega la hora de combatirlo.

 

¿Qué podemos hacer para prevenirlo?

En primer lugar, debemos entender que este es el punto principal de nuestra estrategia. Una vez el bullying comienza, es muy complicado controlarlo, y por ello, el eje sobre el que actuar será, de forma inequívoca, la prevención.

Debido a las diferentes motivaciones del acoso, la propuesta de solución debe ser amplia y abierta, y con el diálogo como principal herramienta para comprender, en primer lugar, el por qué se podría producir ese acoso.

Reducción de la incidencia

El entorno del niño debe instaurar medidas que impidan la aparición de nuevos casos de acoso. Para ello, primero hay que identificar los factores de riesgo que pueden generarlos.

Reducción de los casos

Si el acosador teme ser castigado, el acoso tendrá menos posibilidades de producirse. El llevar a cabo actuaciones que den a entender que las personas adultas son conscientes del acoso, y que dificulten que el maltrato se siga produciendo, es clave. Sin embargo, para poder utilizar este método, debe existir una comunicación fluida entre las familias y el personal docente.

Intervención en todos los casos

La intervención debe ser individualizada, y tiene que ser precoz. En ocasiones, hay que modificar incluso la estructura de la clase, porque podrían estar fomentando el acoso.

Además, es importante actuar sobre los alumnos implicados, tanto la víctima como el acosador. Al final, lo importante es promover siempre el respeto a la diversidad.

Atención psicológica a la víctima

Hay casos en los que la víctima, una vez resuelta la situación de acoso, no necesite apoyo adicional, pero hay otros en los que sí que puede requerirlo. Lo importante es observar cómo responde el afectado al acoso, o su capacidad de resiliencia.

Prevención general

Hay algunas normas básicas que debemos seguir si queremos evitar la aparición del bullying:

  • Informar adecuadamente a los niños sobre qué es el acoso, cómo identificarlo y cómo actuar.
  • No restar bajo ningún concepto importancia a un posible caso de acoso escolar. El respeto y la escucha son claves para que la víctima se sienta segura y pida ayuda.
  • Dar ejemplo como adultos: el respeto y la amabilidad son las bases de la lucha contra el bullying.

 

Y una vez localizado, ¿qué hacemos?

Por la parte de los padres y familiares

En el caso del entorno más cercano, veamos paso a paso cómo actuar frente al bullying:

  • Escuchar al niño y asegurarle que tiene derecho a sentirse seguro y feliz. Lo importante es hacerle entender que él no tiene la culpa de sufrir acoso.
  • Tomar notas de lo que nos cuente con fechas, lugares y hechos.
  • Hazle sentir seguro, que sepa que estás a su lado y le escuchas, y que estarás ahí para lo que necesite. Un objetivo claro es reforzar la autoestima de la víctima.
  • Tratar de hacer entender al menor la diferencia entre “delatar” o “chivarse” y “pedir ayuda”.
  • Procura mantener una comunicación sincera y abierta con el personal del centro, principalmente con el director y el tutor del niño. También, si es necesario, se debe contactar con la policía, para evitar situaciones de acoso fuera del horario escolar.
  • Enseñar a la víctima a responder frente al acoso: minimizar el impacto frente al agresor, por ejemplo.

Por la parte de los docentes

La función principal de los profesores es mantenerse alerta y observar con cuidado lo que ocurre alrededor de la víctima, para actuar lo antes posible ante una situación de bullying.

  • Exigir una disculpa a los alumnos frente a las faltas de respeto. En ocasiones más extremas, se pueden llegar a tomar acciones disciplinarias, como una suspensión.
  • Proponer actividades que fomenten la empatía y la superación de estereotipos.
  • Vigilar correctamente el patio de recreo.
  • Informar sobre el bullying a las autoridades del colegio, y solicitar una reunión con los padres de los implicados.
  • En el caso de los padres del agresor, recomendar visitas al psicólogo para estudiar y solucionar los problemas de comportamiento del mismo.
  • Realizar juegos y actividades que fomenten la participación y la inclusión de todos los niños. También, para los menores introvertidos o a los que les cuesta socializar, buscar métodos de integración.
  • Formarse en torno al bullying y utilizar herramientas de detección de acoso escolar.

 

Las consecuencias del bullying

Las consecuencias recaerán, en su mayor parte, sobre la víctima. Pueden presentarse como:

  • Fracaso escolar.
  • Niveles altos de ansiedad.
  • Fobia al colegio.
  • Insatisfacción y/o cambios de personalidad. Esto desemboca en que el niño pueda convertirse en una persona insegura, con baja autoestima.

Las víctimas llegan a creer que no son competentes ni académica ni socialmente. Esto puede llegar a provocar reacciones agresivas, que desembocan en intentos de suicidio.

 

Mobbing: acoso en adultos

En el ámbito del trabajo, el bullying es conocido como mobbing o acoso laboral. Este tipo de acoso suele ser de tipo psicológico, mediante burlas, amenazas o aislamiento. Sin embargo, en algunos casos, si no se consigue nada mediante el acoso psicológico, el agresor también puede llegar a recurrir a conductas violentas que incluyen agresiones.

Generalmente, el objetivo de este maltrato es hacer que la persona acosada dimita o sea despedida de la empresa.

Encontramos dos tipos principales de mobbing:

  • Mobbing vertical: el agresor se sitúa en un puesto de superioridad laboral frente a la víctima, es decir, es su “jefe”. Se aprovecha de la situación de mando para acosar a uno o varios de sus trabajadores, mediante una gran variedad de formas.
  • Mobbing horizontal: tanto el acosador como el acosado se sitúan en el mismo escalafón jerárquico, es decir, son compañeros de trabajo. El origen de este tipo de acoso suele ser la envidia, discriminación o desavenencias laborales.

Las consecuencias del bullying adulto son físicas y/o psicológicas. Las físicas suelen cursar con síntomas provocados por la somatización del estrés y la ansiedad, mientras que las psicológicas son la depresión, estrés continuo o esta misma ansiedad.

Respecto a los recursos, una vez se reconoce la situación, tenemos dos vías de acción:

  • Vía legal: el acoso laboral se encuentra tipificado y puede denunciarse por vía penal, civil o como contencioso administrativo.
  • Vía interna: informando a los superiores (especialmente en el caso del mobbing horizontal) y comprobar si existe un protocolo de actuación. Si no, la empresa debe proponer una solución.

Los adultos que hacen mobbing, a su vez, pueden dividirse en varios tipos (aunque pueden aparecer otras personalidades, estas son las más frecuentes):

  • Bully narcisista: no siente empatía y es egocéntrico. No teme a las consecuencias, y su objetivo es reducir la autoestima de otra persona para aumentar la suya.
  • Bully impulsivo: no planea su acoso. No logra contenerse, y a veces, acosa sin pretenderlo, llevado por una situación de estrés o ira.
  • Bully físico: es muy poco frecuente en adultos. Sin embargo, puede robar o dañar las pertenencias de la víctima, o amenazar con recurrir a la violencia física.
  • Bully verbal: puede crear rumores y mentiras para desacreditar o humillar a la víctima. Es un acoso difícil de documentar, y de los que más impacto emocional y psicológico tienen.
  • Bully secundario: es el apoyo del acosador principal.

 

 

 

imagen de bullying 24 Feb 2022

BY: Calltek

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BULLYING I. Un problema de todos

Recientemente, hemos sido testigos del preocupante aumento y gravedad de los casos de bullying a nivel mundial, con consecuencias catastróficas tanto para las víctimas como para sus familias. Sin embargo, a pesar de contar con ideas generales, sabemos menos de lo que creemos acerca de este tipo de maltrato.

¿Qué es el bullying?

El bullying es, por definición, la exposición que sufre una persona a daños físicos y psicológicos, de forma intencionada y continuada por parte de otra persona o grupo de personas. Asimismo, son todos aquellos comportamientos de persecución u hostigamiento. El objetivo de este tipo de maltrato es intimidar, dañar y asustar, de manera que el agresor pueda obtener algo de su víctima.

Si bien el más conocido es el llamado acoso escolar, que se produce en niños y adolescentes, no debemos confundirnos: también existe el bullying entre adultos, lo que llamamos “mobbing”.

 

Acoso escolar: ¿por qué ocurre?

El bullying entre menores, o acoso escolar, suele producirse durante los momentos en los que el acosador (o “bully”) cree que las figuras adultas no le están observando: en los recreos, cambios de clase, transporte escolar…

Las causas que dan origen al bullying dependen de cada caso y situación, pero podemos destacar una serie de características comunes en el perfil del acosador:

  • El acosador escolar es incapaz de sentir empatía con su víctima, y por tanto, no es sensible al sufrimiento que provoca.
  • En muchas ocasiones, el origen de la violencia del acosador proviene de problemas sociales o familiares. En adición, puede que sean personas que también han sido o están siendo acosadas.
  • Otro factor que puede influir en el comportamiento del acosador es una situación socioeconómica desfavorable, o la existencia de una familia disfuncional.
  • Es importante recalcar que uno de los puntos clave para que los comportamientos de maltrato se produzcan es el clima escolar. Si el acosador se ve a sí mismo con ventaja sobre la víctima (por ejemplo, si no recibe castigo, o sus compañeros lo apoyan), se sentirá seguro con sus acciones, y por tanto, no cesará en su acoso.

 

¿Cómo saber si alguien está sufriendo bullying?

La detección del acoso es muy difícil, puesto que normalmente, la víctima tiende a ocultarlo de sus seres queridos y no pide ayuda. Como persona docente o familiar, es importante conocer a los niños y saber reaccionar frente a cambios bruscos en su personalidad.

Hay que tener en cuenta, desgraciadamente, que hay colectivos más propensos a sufrirlo, como el colectivo LGTBI+, en cuyo caso se denomina bullying homofóbico, o sencillamente menores percibidos como “diferentes”. No obstante, queremos recordar que cualquiera puede ser acosado, aunque no forme parte de estos colectivos.

Sin embargo, hay una serie de indicadores que pueden alertar a la familia y a los docentes:

  • Descenso del rendimiento escolar.
  • Depresión, ansiedad, irritabilidad o malestar generalizado. También se puede observar intranquilidad, como si el niño estuviera en estado de alerta constante.
  • Insomnio o dificultades para dormir.
  • Aislamiento social y apatía. El menor suele sentirse incómodo con otras personas, y presenta conductas de evitación.
  • Rechazo a ir al colegio, o a ver a sus compañeros (por ejemplo, clases extraescolares u otras actividades en los que sus compañeros se vean involucrados).
  • En muchos casos, y debido al miedo, el niño niega los hechos: por ejemplo, llega a casa con una herida a casa, e intenta ocultarla, o la encubre con algún tipo de mentira. En caso de duda hacia él, comienza una respuesta emocional extrema, como un llanto incontrolado o temblores.
  • En la peor de las situaciones, normalmente cuando el menor lleva sufriendo bullying mucho tiempo, o de forma muy intensa, aparecen las ideas e intentos de suicidio.

Recientemente, también contamos con la regla de las 4 Cs, elaborada por NACE (No Al Acoso Escolar), que nos indica lo siguiente respecto a cómo detectar el bullying:

  • Cambios: bajadas en las notas, cambios de humor, pérdida del apetito, pérdida o deterioro frecuente del material escolar, desinterés por relacionarse… cualquier cambio en la actitud o el entorno del menor puede ser un signo de atención.
  • Campanas: “Hacer campanas” es uno de los sinónimos del absentismo escolar, es decir, no acudir al colegio. El niño presenta el síndrome del “domingo por la tarde”, es decir, una somatización de la angustia y del miedo que cursa con dolores de cabeza, náuseas, etc.
  • Cuerpo: si la respuesta inconsciente de la víctima cambia (se encoge, mira al suelo, quiere esconderse), y sobre todo, si sentimos que se asusta fácilmente, es un signo de alerta importante. En este punto también pueden presentar lesiones y/o autolesiones.
  • Costumbres: los cambios en la vida diaria, como el querer llegar más pronto o más tarde al colegio para no encontrarse con los agresores; el no querer salir a la pizarra… La comprensión del lenguaje escénico puede proporcionarnos pistas muy relevantes a la hora de detectar un caso de acoso.

 

Tipos de bullying

Siempre que se hace referencia al bullying, solemos imaginar una forma concreta del mismo. Sin embargo, el bullying se puede producir de muchas maneras y con muchas intensidades diferentes. Según las pautas generales, las formas de acoso se dividen de la siguiente manera:

  • Acoso físico: en el directo, podemos observar golpes, empujones, o uso de armas para herir a la víctima. En el indirecto, lo más común es el romper o esconder sus cosas para que no pueda encontrarlas. Es el tipo de acoso más común, especialmente entre chicos.
  • Acoso psicológico: es aquel donde atacan la autoestima de la persona, y buscan producir miedo en ella mediante chantajes o intimidación, por ejemplo. Es uno de los más difíciles de detectar, ya que este tipo de acoso se produce a espaldas de cualquier persona que pueda ayudar a la víctima.
  • Acoso verbal: insultos, imposición de motes, amenazas o provocaciones. Es más utilizado por chicas a medida que se acercan a la adolescencia.
  • Acoso social: el objetivo de este tipo de acoso es aislar a la víctima. Se realiza difundiendo rumores, humillando a la víctima o tratando de convencer a otros niños para que no hablen con ella.
  • Acoso sexual: cualquier acción referente al acto sexual, o burlas acerca de la orientación sexual. En casos graves, pueden llegar a producirse conductas de abuso sexual.
  • Cyberbullying: ocurre a través de dispositivos electrónicos. La forma de proceder es mediante mensajes o e-mails desagradables, difusión de rumores por e-mail o en redes sociales, imágenes o vídeos denigrantes, o incluso la creación de perfiles falsos. Es un tipo de acoso grave y preocupante, ya que a través de las redes se consigue un gran alcance y una gran visibilidad. Con frecuencia, complementa a alguno/s de los vistos con anterioridad.

 

 

 

 

pandemia y población 25 Ene 2022

BY: Calltek

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SALUD MENTAL Y PANDEMIA I. El proceso

A raíz del origen de la pandemia de la COVID-19, la manera en que vivimos nuestras vidas dio un giro de 180 grados. Esta novedad, en ocasiones, supuso una serie de cambios en nuestras rutinas diarias, y no siempre para mejor. La incertidumbre, la presión económica, o el aislamiento, han repercutido negativamente en muchos de nosotros.

La preocupación constante y temática de la pandemia a nivel personal y social, y al mismo tiempo, el exceso de información, los rumores o las “fake news” (información y noticias trucadas), hacen que nos sintamos, en gran parte, estresados, ansiosos, atemorizados, tristes, o simplemente solos.

 

¿Cuándo empezar a preocuparse?

Si bien es normal sentirnos estresados o ansiosos durante el período que nos concierne, una vez los signos y síntomas persisten durante varios días seguidos, te hacen sentir cansado o abatido, y notas que están comenzando a interferir en tu vida diaria, dificultando tu ritmo de vida, es el momento de pedir ayuda a un profesional.

 

Las restricciones de la pandemia: el precio de la salud

En primer lugar, hemos de puntualizar que estas restricciones han sido, son y quizá serán, básicas y necesarias para luchar contra esta pandemia. En ningún momento dudamos de su eficiencia, solo nos limitamos a explicar cómo han repercutido en nuestra salud mental.

El confinamiento y el distanciamiento físico y social interrumpen los procesos relacionales, es decir, disminuyen la disponibilidad de apoyo, las interacciones, y la habilidad de afrontamiento, que se trabaja principalmente mediante las relaciones sociales. Debido a eso, se asocian a un malestar psíquico e incluso a algunos trastornos (ansiedad, depresión, insomnio o síndrome de estrés postraumático). Esto debemos sumarlo a los procesos de duelo acumulados por las pérdidas sufridas durante estos casi tres años.

Asimismo, el cierre de los centros educativos y la limitación de actividades sociales aumentan notablemente el riesgo para la salud mental en niños y adolescentes en varios niveles. Las personas mayores, por su parte, también sufren un impacto negativo al ver disminuida su interacción social, y, además, son los que están soportando los peores efectos de esta pandemia.

 

Los niños y la COVID-19

A pesar de que la pandemia está perjudicando todos los pisos de la pirámide poblacional, UNICEF recalca lo importante que es tener en cuenta los efectos que tiene sobre los jóvenes y los niños, puesto que dichos efectos podrían prolongarse en su bienestar durante muchos años.

Debido a los confinamientos y a las restricciones de movimiento, los niños han perdido mucho contacto con su familia, amigos, docentes y simplemente con sus lugares favoritos. A pesar de acercarnos ya al tercer año, las consecuencias para la salud mental y el bienestar infantil siguen siendo abrumadoras. La alteración de las rutinas y la preocupación creciente de los familiares hace que muchos jóvenes sientan miedo, preocupación e incluso rabia por lo que les depara el futuro.

¿Qué ocasiona la pandemia en los niños?

A pesar de que el coronavirus no ha sido especialmente lesivo para los niños, sí que lo han sido los cambios en las circunstancias de sus vidas que ha acarreado:

  • La percepción del tiempo: al no ser la misma para niños y adolescentes que para los adultos, puede influir de forma muy severa a su crecimiento y a su desarrollo emocional. En concreto, durante la adolescencia, se producen interacciones necesarias para la maduración cerebral y el entorno social. El aislamiento puede hacer visible, o incluso provocar, un trastorno psiquiátrico.
  • Traumas: la pandemia puede considerarse un acontecimiento traumático, que puede precipitar psicopatologías por diversas razones.
  • Limitación de relaciones sociales: las consecuencias del confinamiento y el distanciamiento social son, por ejemplo, la disminución de la actividad física, el abuso de nuevas tecnologías, los patrones de sueño irregulares o las dietas inadecuadas, entre otras.
  • Cambios de carácter: a pesar de que, al principio, el confinamiento pudo resaltar pensamientos y comportamientos positivos por parte de los niños, dado que podrían percibirlo como una “aventura”, con el paso del tiempo, han aparecido problemas como apatía, inquietud, aburrimiento, dificultades de concentración, insomnio o miedos excesivos.

A día de hoy, no se descarta que estos efectos se puedan prevenir a largo plazo, es decir, que puedan revocarse con la atención y las medidas adecuadas.

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