loader

La pareja, como casi todo lo que conocemos, va transformándose con el paso del tiempo, y se producen una serie de cambios en la pareja. Hay que tener en cuenta que el sentimiento de amor que experimentamos al inicio de una relación no es el mismo que cuando llevamos ya un tiempo conviviendo con esa persona, y está bien. El amor va pasando de una emoción salvaje e irreflexiva a una construcción de dos o más personas que se basa en la confianza y el cariño.

Eso sí, esta construcción depende en igual parte de las personas implicadas, y, además, en un trabajo individual de cada uno.

¿Cuáles son algunos de estos cambios en la pareja?

El amor se va transformando según las etapas de la vida, las crisis por las que pasamos e incluso las diferentes situaciones que hemos experimentado con nuestra pareja. Sin embargo, algunos de los cambios en la pareja que se producen más habitualmente son:

  • Animarse mutuamente a tener una vida individual, aparte de la relación en sí: los integrantes de una pareja que lleva tiempo junta van priorizando su independencia hasta lograr un equilibrio en el tiempo para sí mismos y para su pareja.
  • Aprender a comunicarse mejor: a medida que van conociendo a su pareja, las personas van comprendiendo cuáles son las mejores maneras de comunicarse y empatizar con ella. Por ejemplo, cuando el miembro de una pareja necesita un tiempo solo tras una discusión, pero el otro siente que necesita terminar de hablar las cosas, donde se llega a un acuerdo y se aprende también a discutir de forma sana.
  • Buscar (y encontrar) nuevas maneras de mantener viva la “chispa”: quizá algo que todo el mundo considera un reto, la temida rutina que se adueña de nuestras vidas. La forma de avanzar es encontrar nuevas formas de sorprender a nuestra pareja.
  • Indagar acerca de la otra persona: a medida que pasa el tiempo, las parejas tienden a querer intimar más, a conocer todo lo que hay y que va cambiando sobre el otro. Y esto, precisamente, nos permite conectar en un nivel mucho más profundo, estableciendo bases sólidas para nuestras relaciones.
  • Las necesidades cambian y las personas crecen: aunque resulte contraintuitivo, los cambios que se producen en uno (o todos) los miembros de la pareja, que se encuentren destinados al desarrollo y la satisfacción personal, repercuten muy positivamente en la relación.
  • Establecimiento de metas y enfrentarlas como un equipo: se habla mucho de las parejas como equipo, y en realidad, es un término muy acertado. Tanto en metas individuales como compartidas, todos los miembros de la pareja tienen que apoyarse y ayudarse a lograr sus objetivos.

Fases de la pareja

De manera general, se reconocen tres fases principales en las relaciones. Es cierto que existen otras clasificaciones, pero quizá esta sea con la que más personas puedan empatizar.

Enamoramiento

Es la más conocida, ya que es la que se muestra en los medios audiovisuales y en libros.

Cuenta con varias características fácilmente reconocibles:

  • Ensalzamiento de la otra persona y sus rasgos positivos.
  • Pasión.
  • Estado de euforia.

Amor Romántico

A pesar de que mantenemos la pasión, el amor ya no es ciego, ya que la pareja empieza a conocerse y comprenderse mejor. Es donde empiezan las primeras discusiones y donde se ve la capacidad de aceptación y resolución de conflictos de la pareja.

Igualmente, es donde ambos deciden si las diferencias son o no incompatibles con una relación.

Amor Maduro

Se presenta, sobre todo, en relaciones a largo plazo, una vez que la pareja se encuentra afianzada y convive junta. Ya han superado esa etapa problemática y han decidido cuál es la mejor manera de resolver los conflictos exitosamente.

Sin embargo, se produce una disminución del deseo sexual, y hay que tener especial cuidado con los problemas sin resolver y otros agentes externos.

¿Hay algún secreto para mantener sana nuestra relación? Claro que sí… trabajarla día a día.

Grandes cambios en la pareja: el primer hijo

Además de las fases del enamoramiento, también se producen choques en determinadas situaciones de la vida que se sienten intensamente, como puede ser la llegada del primer hijo.

Seguro que has oído hablar de parejas que han cambiado mucho tras tener un bebé, y puedes albergar incluso cierto temor a que te ocurra a ti.

Y es que, en general, hay ciertos cambios en la pareja que puedes esperar a la hora del nacimiento de un bebé, pero no son imposibles de solucionar, ni mucho menos.

Cambios tras el nacimiento

  • Cambio en la relación de pareja: de pronto, aparece un nuevo individuo con un sinfín de necesidades, que se convierte en el centro de las vidas de ambos. Esto puede afectar a los objetivos de la pareja, ya sean individuales o compartidos. La solución es permitirse sentir emociones consideradas como negativas (rabia, frustración, etc.).
  • A veces, tu pareja te resulta insoportable: la frecuencia e intensidad de los conflictos en pareja aumentan durante los primeros 3 años de vida del bebé. En este caso, la idea es volver a conectar, volver a conoceros.
  • El trabajo aumenta exponencialmente: es normal que el trabajo en casa se dispare, especialmente en los primeros meses. Si podéis pedir algo de ayuda extra, hacedlo. Además, hay que acordarse de animar y agradecer los esfuerzos del otro.
  • Relaciones con otros miembros de la familia: si ya ha habido roces con la familia de uno (o de ambos), pueden volverse muy complicadas de gestionar, sobre todo en lo referente a la presencia en vuestras vidas o a las decisiones sobre lo que afecta al bebé. La única manera de lidiar con esto es formar un frente unido, estableciendo límites claros que habéis acordado previamente.
  • Empeoramiento de la vida sexual: en la mayor parte de las parejas, se produce un importante cambio en la vida sexual, ya que se reducen tanto la frecuencia como el ritmo de los encuentros. Sin embargo, estos cambios en la pareja son temporales, y tarde o temprano todo volverá a la normalidad, lo único necesario es tener paciencia y comprensión.
  • Tiempo para la pareja: mucha gente confunde el tiempo en familia con el tiempo en pareja. Siempre se debe reservar algo de espacio para pasar tiempo juntos, hacer cosas que os gusten o que simplemente sean solo para vosotros.
  • Educación del bebé: es probable que, a pesar de que hayáis hablado de cómo vais a educar a vuestro bebé, terminéis discutiendo en algún momento. Pese a todo, tenéis que daros algo de margen para equivocaros y probar distintas formas hasta que una os parezca bien a ambos.

¿Hay diferencias entre el padre y la madre?

Si queremos resumir y ser honestos, la respuesta es que sí.

Padres

Los padres tienen una carga emocional muy fuerte ya que, como no pasan por la etapa del embarazo, no hay una conexión previa con el bebé, y esta conexión aparece de golpe en el momento del nacimiento. Es importante mantener una comunicación muy clara y honesta entre los miembros de la pareja durante el embarazo, para procurar mitigar este “golpe de realidad” lo máximo posible. Es más común que los padres se sientan perdidos y/o abrumados por la situación.

Algunos de los sentimientos más comunes en padres primerizos son:

  • Se siente desplazado: como la madre dedica todo el tiempo al bebé, puede que el padre perciba que ya no recibe atención por parte de su pareja.
  • Alarga las jornadas de trabajo: no solo es el trabajo habitual, sino además la redistribución de las tareas del hogar, que normalmente implican más cansancio y estrés.

Madres

Las madres, por su lado, continúan sufriendo alteraciones hormonales tras el parto y es común que muestre irritabilidad o nerviosismo durante un tiempo, hasta que los niveles se reajusten. Además, las madres pueden sufrir depresión postparto, más común en las primerizas, y necesitar mucho apoyo y comprensión por parte de su pareja.

Algunas de las sensaciones más comunes para las primíparas son:

  • Cansancio abrumador: tras el último trimestre y el parto, además se requiere un esfuerzo de adaptación.
  • Saturación: puesto que sienten que recae en ellas la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados del bebé, se saturan y estresan con facilidad.
  • Sensación de soledad: se sienten incomprendidas por parte de su pareja.

¿Y la parte positiva?

Aunque hemos hablado largo y tendido sobre las complicaciones que implica traer una vida al mundo desde el punto de vista de la pareja, también hay una serie de cambios en la pareja muy positivos, con los que la pareja sale fortalecida:

  • Mayor unión: además de compartir la vida, ahora compartís un pedacito de cada uno.
  • Aumento del compromiso: gracias a la responsabilidad conjunta del pequeño o pequeña.
  • Más amor: al ver a tu pareja cuidando del bebé, se suele volver momentáneamente a esa primera fase de enamoramiento de la que hablábamos.

En general, tener un hijo es una experiencia totalmente enriquecedora para una pareja, siempre y cuando se sepa gestionar y haya una clara base de confianza, comunicación y empatía.

¿Quieres que te ayudemos? Contacta con nosotros y cuéntanos todas tus inquietudes sin compromiso.

PROGRAMA KIT DIGITAL COFINANCIADO POR LOS FONDOS NEXT-GENERATION EU DEL MECANISMO DE RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA​
Logos
(+34) 626 183 774
pilar@psicologasantander.es
C/ Lealtad Nº 19, 3º A
Santander, 39002
Cantabria
Pilar Gómez Ruiz
Pilar Gómez Ruiz
Doctoralia

Creemos que lo importante en la vida de las personas es el camino hacia la meta, y no el logro en sí.

Aviso Legal

Copyright © 2023 Psicología Ítaca. Todos los derechos reservados