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La temporada de exámenes y la elección de universidad son momentos cruciales en la vida de los adolescentes de 17 y 18 años. Estos eventos no solo marcan el cierre de una etapa educativa, sino que también representan la transición hacia la adultez y la construcción de un futuro profesional. Este periodo está lleno de diversas sensaciones psicológicas que pueden influir profundamente en la salud mental y el bienestar de los jóvenes. Comprender estas sensaciones y cómo manejarlas es fundamental tanto para los estudiantes como para sus familias y educadores.

¿Qué ocurre durante los exámenes?

El estrés es una de las emociones más prevalentes en la temporada de exámenes finales. Este estrés puede originarse por diversas razones:

  • Presión debido a ciertas expectativas académicas: a menudo, los adolescentes sienten que sus calificaciones finales tienen un impacto significativo en sus futuras oportunidades profesionales. Entre ellas, la admisión a una universidad concreta o las becas son de las preocupaciones más generalizadas.  Además, esta presión puede venir tanto del propio estudiante como de profesores y familiares.
  • Temor al fracaso: en esta etapa tan difícil, los adolescentes temen no estar “a la altura”, especialmente para su familia y amigos. Este temor puede llevar a una ansiedad anticipatoria y perjudicar al estudiante.
  • Sobrecarga de trabajo: durante el último curso de estudios, los estudiantes se enfrentan a una carga de trabajo académica considerable. Mucho de ellos se sienten abrumados a causa de la cantidad de material que tienen que estudiar. Si, además, el estudiante no ha practicado una gestión de tiempo efectiva, es muy probable que la sensación de falta de tiempo agrave su estrés.
  • Incertidumbre sobre el futuro: el tomar una decisión tan importante como puede ser la elección de una carrera o la admisión a una universidad pone mucho peso sobre los hombros de los adolescentes. Estos pueden sentirse inseguros sobre sus habilidades, sus intereses o incluso el camino que quieren seguir, y esto se traduce en un estado de ansiedad continua.

Manifestaciones del estrés

El estrés académico puede manifestarse físicamente y psicológicamente, causando síntomas como:

  • Insomnio
  • Dolores de cabeza
  • Fatiga
  • Problemas gastrointestinales
  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Dificultad para concentrarse

Puntualicemos: la ansiedad durante los exámenes

La ansiedad es otra sensación común durante la temporada de exámenes. A diferencia del estrés, que puede ser una respuesta temporal a una situación específica, la ansiedad puede ser más persistente y debilitante. Los adolescentes pueden sentir una preocupación constante por su rendimiento, que desemboca en un trastorno complejo de ansiedad. Esta ansiedad, a su vez, puede llevar a ataques de pánico, donde el estudiante siente un miedo intenso y abrumador, acompañado de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración y dificultad para respirar. La ansiedad puede también afectar la autoestima de los adolescentes, haciéndoles sentir que no son lo suficientemente buenos o que no tienen las capacidades necesarias para tener éxito.

Reconociendo Emociones en temporada de exámenes

Durante la temporada de exámenes, los adolescentes se enfrentan a un torbellino de emociones que pueden afectar significativamente su bienestar y rendimiento académico. Reconocer y comprender estas emociones es esencial para manejar el estrés y mantener un equilibrio emocional. En este apartado, exploraremos cómo identificar las distintas emociones que emergen durante esta intensa etapa.

Incertidumbre

La incertidumbre es una sensación omnipresente durante este periodo. La combinación de exámenes finales y la elección de la universidad crea una situación de cambio y transición, donde el futuro es incierto y las decisiones tomadas pueden tener un impacto duradero. Los adolescentes pueden sentirse atrapados en un estado de limbo, sin saber con certeza qué les depara el futuro. Esta incertidumbre puede generar miedo y resistencia al cambio, haciendo que algunos estudiantes se sientan reacios a abandonar la seguridad y la familiaridad de su entorno actual.

Autoeficacia

La autoeficacia, o la creencia en la propia capacidad para realizar tareas y alcanzar metas, es otra sensación clave durante esta etapa. Los adolescentes que tienen una alta autoeficacia son más propensos a enfrentar los desafíos con una actitud positiva y resiliente. Sin embargo, aquellos con baja autoeficacia pueden sentirse abrumados por las demandas académicas y las decisiones futuras. La baja autoeficacia puede llevar a la procrastinación, la evitación de tareas y un ciclo de autocrítica y baja autoestima.

Resiliencia

La resiliencia es otra característica importante en este contexto. La capacidad de los adolescentes para adaptarse y recuperarse de los desafíos y el estrés puede determinar cómo manejan la temporada de exámenes y la elección de la universidad. La resiliencia no es una cualidad innata, sino que puede ser desarrollada y fortalecida a través de experiencias y apoyo. Los adolescentes resilientes tienden a ver los desafíos como oportunidades de aprendizaje, manteniendo una perspectiva optimista y proactiva.

Autocompasión

La autocompasión, o la capacidad de tratarse a uno mismo con amabilidad y comprensión en tiempos de fracaso o dificultad, es otra herramienta valiosa. Los adolescentes que practican la autocompasión son más propensos a mantener una autoestima saludable y a manejar el estrés de manera constructiva. En lugar de criticarse duramente por los errores o fracasos, la autocompasión les permite ver estas experiencias como parte del proceso de aprendizaje y crecimiento.

Motivación

La motivación intrínseca, o el deseo de alcanzar metas por satisfacción personal en lugar de recompensas externas, puede ser un factor protector durante este periodo. Los adolescentes que están intrínsecamente motivados son más propensos a encontrar satisfacción en su trabajo y a persistir a pesar de los obstáculos. Fomentar la motivación intrínseca, ayudando a los adolescentes a descubrir sus pasiones y propósitos, puede mejorar su bienestar y rendimiento.

¿Cómo gestionar las emociones en los exámenes?

El apoyo social juega un papel crucial en la gestión de estas sensaciones psicológicas. El apoyo de padres, amigos y educadores puede proporcionar un ancla emocional para los adolescentes. Los padres pueden ofrecer un espacio seguro para expresar miedos y preocupaciones, brindando orientación y comprensión. Los amigos, que están pasando por experiencias similares, pueden ofrecer empatía y camaradería. Los educadores y consejeros escolares pueden proporcionar recursos prácticos y emocionales para ayudar a los estudiantes a navegar esta etapa. Un fuerte sistema de apoyo puede mitigar el estrés y la ansiedad, proporcionando una red de seguridad emocional.

Las primeras decisiones

Para muchos adolescentes, la elección de universidad es la primera gran decisión de su vida, y sienten el peso de sus implicaciones a largo plazo. La elección de la universidad no solo implica decidir sobre una institución educativa, sino también sobre una carrera y, en última instancia, sobre un posible futuro profesional. Este proceso puede generar sentimientos de incertidumbre y duda. Los adolescentes pueden preguntarse cuál es la mejor opción para ellos, si la universidad elegida les proporcionará las oportunidades deseadas y si serán capaces de adaptarse a un nuevo entorno lejos de casa.

El proceso de solicitud a la universidad también puede ser una fuente de estrés y ansiedad. Los adolescentes deben completar formularios, redactar ensayos y prepararse para entrevistas, todo mientras continúan con sus estudios y exámenes. La competitividad del proceso de admisión puede intensificar la presión, especialmente si están aplicando a universidades de alto prestigio con tasas de aceptación bajas. El temor al rechazo puede ser paralizante, haciendo que los adolescentes se cuestionen sus habilidades y su valía.

Y la anticipación

La emoción y el entusiasmo también forman parte del espectro emocional durante esta etapa. Muchos adolescentes sienten una gran emoción ante la perspectiva de comenzar una nueva etapa en su vida. La universidad representa una oportunidad para la independencia, la exploración personal y el crecimiento.

Esta anticipación positiva puede ser una poderosa motivación para los estudiantes, impulsándolos a trabajar arduamente para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, esta emoción puede ser una espada de doble filo. La anticipación de la independencia y el cambio puede llevar también a la preocupación por dejar el hogar, adaptarse a un nuevo entorno y construir nuevas relaciones.

Finalmente, hay que recordar que la temporada de exámenes y la elección de la universidad son solo una parte del viaje de la vida puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Entender que hay múltiples caminos hacia el éxito y la felicidad puede aliviar la presión y permitir a los adolescentes tomar decisiones más informadas y menos impulsivas.

Si crees que tú o alguien de tu entorno puede estar sufriendo durante este periodo, nosotros contamos con ayuda de profesionales especializados en técnicas de estudio que pueden ayudarte. Contacta con nosotros sin compromiso.

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Pilar Gómez Ruiz
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