Si bien el Trastorno Obsesivo Compulsivo o TOC cada vez es más conocido a nivel general y se encuentra más normalizado, todavía nos queda un largo camino que recorrer.
Especialmente en el caso de los niños, se trata de un trastorno que a veces es difícil de detectar. Sin embargo, para que nos hagamos una idea, se estima que aproximadamente un 1% de la población española padece TOC, siendo el cuarto trastorno psiquiátrico más común en la población.
¿Qué es el TOC?
Antes de comenzar a enumerar las diferencias entre pacientes adultos e infantiles, es importante definir exactamente qué es el TOC.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un trastorno de ansiedad caracterizado por alteraciones del pensamiento y conducta en forma de obsesiones y compulsiones. Históricamente, se relaciona con conductas compulsivas como el lavado de manos repetido o la obsesión por el orden y la simetría. Pero no solamente es eso.
En resumen, una persona con TOC se ve perdida en un esquema de pensamientos desagradables o en una serie de conductas repetitivas y rituales que no es capaz de controlar, y que al mismo tiempo, le provoca ansiedad y angustia y le causa mucho sufrimiento.
¡Ojo! El que tengamos alguna manía no implica que padezcamos TOC. Si estas manías se vuelven frecuentes, interfieren en nuestra vida diaria, o causan malestar, es cuando debemos acudir a nuestro médico para estudiar la posibilidad de un trastorno.
¿Cuál es la diferencia entre una obsesión y una compulsión?
Una obsesión es un pensamiento irracional que no tiene sentido, es desagradable y no deseado, y normalmente se relaciona con situaciones que percibimos como peligrosas o que nos dan miedo. Una compulsión, por su parte, es un comportamiento ritualizado que se utiliza para compensar la ansiedad que produce el pensamiento obsesivo.
¿Qué lo produce?
En realidad, todos los trastornos de ansiedad cuentan con un relevante componente genético, pero también influyen el ambiente y la educación recibida, cuanto más en familias muy exigentes, perfeccionistas, o con mucha superstición.
A nivel cerebral, la causa del TOC es una mala regulación en los neurotransmisores (las sustancias que transportan la información en nuestro cerebro).
El TOC en la infancia
En el caso de los niños, el TOC se vuelve especialmente difícil de reconocer, ya que los niños suelen ocultar o normalizar este tipo de conductas. Al final, no entienden qué ocurre, y por ello, se sienten diferentes y pueden llegar a sentirse incómodos o avergonzados.
El punto clave para reconocer un TOC infantil es el cómo se toma la tarea a realizar: ¿notas que es una obligación, o que se lo toma con alegría? Si tu respuesta es la segunda, es probable que se trate de meras manías infantiles por las que no hay que preocuparse. Por otro lado, si es la primera, es peligroso y deberíamos consultar con un profesional.
Si notas que el niño o la niña tiene conductas de este tipo, que, además, le producen malestar o ansiedad, debes acudir al pediatra.
Tipos de obsesiones y compulsiones
Entre los tipos de conductas que suelen presentar los niños se encuentran:
- Orden y simetría: se ve, sobre todo, en el caso de los juguetes.
- Gérmenes y contagio de enfermedades: aquí es donde entra el lavado de manos compulsivo, por ejemplo.
- Comprobación y reaseguración: tienden a comprobar una y otra vez las cosas que hacen.
- Pensamiento mágico: en concreto, suele ser de tipo supersticioso. Por ejemplo, “si no veo un coche amarillo hoy, me ocurrirá algo malo”.
- Miedo irracional a decir algo inapropiado o dañar a los demás de alguna manera.
- Muerte: piensan en la posibilidad de que algún familiar o ellos mismos mueran.
- Sexo: piensan en las diferencias biológicas que existen entre los géneros, pero al mismo tiempo creen que esas ideas son malas y que no deben pensar en ello.
- Acumulación de cosas materiales.
- Repetición constante: normalmente sienten que tienen que hacer las cosas un número concreto de veces, o de una manera concreta.
Diferencias entre el TOC y manías
Existen dos diferencias significativas entre una manía y una compulsión:
- En primer lugar, el tiempo que se le dedica a la conducta es significativamente diferente. Una manía sucede con una frecuencia escasa, pero a una compulsión se le llega a dedicar una cantidad de tiempo bastante mayor.
- En el caso de no poder realizar ese acto al que llamamos manía, el niño o la niña sienten malestar. Si esto ocurre, es claramente una compulsión.
¿Cómo se trata?
Para tratar el TOC en casos infantiles, se receta medicación combinada con psicoterapia.
En caso de que sospeches que tu hijo/a tiene TOC, no es recomendable que le culpes o le castigues al realizar la conducta compulsiva, ya que de por sí, el niño se verá angustiado, frustrado y limitado. Es mucho mejor tener paciencia y tratar de favorecer un entorno tranquilo y libre de estrés a su alrededor.
Además, os despedimos también con una buena noticia: el TOC infantil desaparece por completo en un 50% de los casos, con un tratamiento adecuado y compromiso familiar.
Si crees que tu hijo/a puede padecer TOC, contacta con nosotros sin ningún tipo de compromiso.