Ahora que se acerca el 8 de Marzo, el Día de la Mujer, queremos adentrarnos un poco más en la psicología de las mujeres.

La psicología de la mujer se centra en el estudio y comprensión de las experiencias psicológicas únicas que enfrentan las mujeres a lo largo de sus vidas. Esta rama reconoce la importancia de abordar de manera específica las cuestiones que afectan la salud de las mujeres. Entre estas cuestiones, podemos encontrar factores biológicos, culturales y sociales.

Al mismo tiempo, también explora el empoderamiento femenino, la capacidad de resiliencia de la mujer y busca proporcionar un marco específico para un tratamiento y apoyo psicológico adaptado. Pero empecemos por el principio.

La importancia de la perspectiva psicológica en las experiencias femeninas

El abordar las experiencias femeninas desde un punto de vista psicológico es fundamental debido a las experiencias únicas que enfrentan las mujeres a lo largo de sus vidas. Al hacerlo, se reconoce y valida su singularidad y permite entender más a fondo cómo los diferentes factores pueden afectar al bienestar mental de las mujeres.

Algunas de las experiencias femeninas de las que hablamos son:

• Influencia de roles de género
• Maternidad
• Discriminación de género
• Búsqueda de equilibrio entre responsabilidades

Si aportamos una perspectiva psicológica, promovemos la igualdad de género, desafiando y evidenciando estereotipos y contribuyendo a crear una sociedad más justa e inclusiva.

El desarrollo psicológico de las mujeres

El desarrollo psicológico de las mujeres se encuentra diferenciado por diferentes etapas vitales. Estas etapas, además, se encuentran fuertemente influenciadas por factores biológicos y ambientales (culturales y sociales).

Infancia y adolescencia

Durante la infancia y entrando en la adolescencia, las niñas desarrollan su identidad y autoconcepto. Esta identidad se ve influenciada por la socialización y los roles de género.

A nivel biológico, van experimentando hitos importantes en el desarrollo cognitivo y social, tanto a nivel personal (desarrollo del lenguaje y selección de intereses) como interpersonal (formación de relaciones).

Desafíos y dificultades

• Presiones culturales y de género
• Habilidades sociales y amistades
• Cambios físicos
• Presión académica y gestión de expectativas
• Tecnología y redes sociales

Adultas jóvenes

Se entiende como adultez joven al período comprendido entre la adolescencia y la madurez, más o menos hacia los 40 años. En esta etapa, muchas mujeres terminan sus estudios o se incorporan al mercado laboral.

Los hitos de los que podemos hablar a nivel psicológico son:

• Toma de decisiones relevantes: en los estudios, independencia, responsabilidades, etc.
• Desarrollo de relaciones: la formación de relaciones íntimas o, un poco más tarde, las dudas acerca de la maternidad, pueden ser aspectos cruciales en el desarrollo psicológico de la mujer.

Desafíos y Dificultades

• Elecciones profesionales y equilibrio entre la vida personal y la laboral
• Planificación familiar, relaciones de pareja y maternidad
• Presiones sociales y culturales 
• Manejo del estrés, problemas de autoimagen y presión estética
• Independencia financiera
• Aislamiento social y problemas con redes sociales

Edad media

Al realizar la transición hacia la adultez tardía, se producen una serie de ajustes en el rol de la mujer, tanto a nivel ocupacional, como familiar y social.

Durante esta etapa, las mujeres reevalúan sus objetivos y logros, y empiezan a enfrentarse con los desafíos asociados al envejecimiento. La salud emocional y mental se vuelve crucial a la hora de superar estos desafíos.

Desafíos y dificultades

• Síndrome del nido vacío (salida de los hijos del hogar) y cambios en la dinámica familiar
• Problemas de ansiedad acerca de la salud física y mental y el envejecimiento
• Revisión de roles y autoevaluación
• Pérdida de amigos y familiares
• Planificación financiera para el retiro, gestiones de herencias y bienes
• Adaptación a los cambios corporales y capacidad de resiliencia

Vejez en mujeres

Una vez llegan a la vejez, las mujeres reflexionan sobre su vida y su legado, y las relaciones familiares y sociales cobran mucha más importancia. También son más conscientes de su salud, lo que puede desempeñar un papel significativo en su bienestar psicológico.

Uno de los grandes desafíos de la vejez en mujeres es la menopausia y sus consecuentes cambios hormonales. En muchas ocasiones, las mujeres se centran en el mantenimiento de una buena calidad de vida para avanzar.

La influencia de la sociedad en mujeres

Las expectativas culturales y sociales juegan un papel fundamental en la formación de la psicología femenina, ya que afectan a la manera en que las mujeres se perciben, se relacionan y se enfrentan a desafíos a lo largo de sus vidas.

Hablemos de algunas de esas expectativas:

• Roles de género: dictan comportamientos y atributos asociado a la feminidad, determinando cómo creen que deben comportarse las mujeres. Además, suelen enfrentar una mayor presión para ser conformistas y aceptar las normas preestablecidas.
• Conducta y socialización: la cultura y la sociedad establecen la conducta que se espera de la mujer en diferentes contextos. Estos “estándares” condicionarán los roles de las mujeres en distintos ámbitos de su vida. Por ejemplo, lo más común es que se espere que la mujer desempeñe el rol de cuidadora, lo que puede influir directamente en su manera de relacionarse.
• Expectativas de belleza: propias de cada cultura, e incluso de cada temporada, las expectativas acerca de la apariencia física de las mujeres siempre han sido un tema candente. La presión para cumplir con los estándares del momento y la constante exposición a los mismos contribuye a generar problemas de autoestima y autoaceptación, que pueden desembocar en problemas de salud graves.
• Ámbito laboral: podríamos hablar de la brecha de género, la discriminación (especialmente en mujeres embarazadas o que planean ser madres), el acoso o la presión general que se ejerce sobre las mujeres.

Relaciones y salud mental

A nivel más personal, las relaciones desempeñan un papel crucial en la salud mental de las mujeres. Sin embargo, queremos explorar un poco más la experiencia de las relaciones femeninas:

• Apoyo emocional: las relaciones cercanas proporcionan una fuente de apoyo, y nos ofrecen la capacidad de compartir nuestras experiencias, expresar emociones y recibir comprensión. Si las relaciones son sólidas, también pueden ayudar a la mujer a enfrentar situaciones difíciles.
• Influencia en la autoestima: una relación significativa ofrece validación y reconocimiento, que contribuyen a una autoestima saludable. En contraparte, las relaciones tóxicas o abusivas erosionan la autoestima y generan problemas de salud mental, por lo que es importante identificarlas y abordarlas.
• Sentimiento de conexión: las relaciones sociales previenen el aislamiento y aumentan la sensación de pertenencia.
• Estrés y ansiedad: las relaciones de apoyo proporcionan recursos emocionales para combatir el estrés, mientras que las relaciones conflictivas (principalmente aquellas en las que hay lacra de comunicación u hostilidad), lo aumentan.

Las mujeres y la pareja

La calidad de la relación romántica puede afectar la salud emocional de manera significativa. Relaciones positivas y saludables contribuyen al bienestar emocional, mientras que relaciones disfuncionales pueden tener efectos adversos.

Este tipo de relaciones, además, son indispensables en la maternidad. El apoyo emocional y práctico influye en la adaptación a las demandas de la crianza y en la salud mental postparto.

¡Feliz día de la mujer! 

Y continuará…

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