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En la actualidad, la mayoría de la población conoce, bien por propia vivencia o bien por la de sus allegados, los efectos del COVID-19. Sabemos cuáles son los síntomas más comunes, las últimas variantes e incluso cómo hay que tratarlo o cuándo debemos preocuparnos, pero, ¿sabemos lo que es la niebla mental?

Con cada nueva cepa hay un cambio en los síntomas, lo que nos hace estar alerta de forma constante. Y no solo hablamos de las cepas, podemos hablar también del post-COVID. Durante los tres meses siguientes a la infección de COVID, se ha observado que un porcentaje de las personas que lo padecieron sufren con persistencia pérdidas de memoria y de concentración. Esto se aplicó tanto a pacientes con síntomas leves como a los más graves.

¿Qué es la niebla mental?

Posterior a la recuperación de los síntomas más comunes de COVID, en ciertas ocasiones aparece un fenómeno llamado niebla mental. Las personas que la sufren la describen de diferentes maneras, pero más o menos con las mismas características:

  • Pérdida de memoria.
  • Dificultad a la hora de recordar, comprender o encontrar las palabras adecuadas.
  • Problemas de atención y concentración.
  • Sensación de abrumación a la hora de realizar tareas simples.
  • Confusión general o “aturdimiento”.
  • Mareos o faltas de equilibrio.

La niebla mental se resume como una alteración de las capacidades cognitivas, provocando olvidos y ciertas dificultades con la concentración y el lenguaje. Además, es importante destacar que muchos de los pacientes que la refieren no han sufrido ningún síntoma ni trastorno neurológico anterior. Es más, esta niebla mental puede darse incluso en individuos asintomáticos de COVID-19.

Es posible que estos síntomas persistan durante incluso más de tres meses, y es importante saber cuándo hay que simplemente convivir con ellos, y cuándo acudir a un profesional sanitario.

Señales de la niebla mental

Cualquier persona que crea que puede tener alguna de las siguientes señales, o una vez que estos síntomas llegan a interferir con su vida, debe dirigirse a un médico:

  • Dificultad de acceso a la memoria semántica: problemas para comprender y recordar palabras.
  • Problemas con la memoria episódica: por ejemplo, no recordar ciertas tareas o dónde se ha dejado un objeto.
  • Trastorno disejecutivo: dificultad a la hora de planificar y organizar.
  • Torpeza mental: sensación de lentitud o de estrés a la hora de cualquier respuesta mental.
  • Síntomas de ansiedad y depresión: estado de ánimo bajo, miedo, irritabilidad…
  • Trastornos del sueño y/o apetito.

En especial, es importante tener presente que si estas señales se encuentran asociadas a otro síntoma inusual (debilidad, dificultad para hablar/ver, hormigueos), debemos ir al médico de manera urgente.

¿Por qué ocurre?

Es posible que en algunos pacientes, el COVID-19 sea capaz de causar pequeñas lesiones cerebrales que podrían estar relacionados con esta niebla mental. Sin embargo, hay otros casos en los cuales, a pesar de no existir estas lesiones cerebrales, la persona tiene esta niebla mental igualmente.

Una de las sospechas médicas se centra en una activación del sistema inmunológico que puede tener como efecto secundario una afectación del sistema nervioso. Otra sospecha importante se centra en la hipótesis de que el hipocampo y parte del sistema límbico se ven muy afectadas por la pérdida del olfato y genera alteraciones en las nuevas neuronas.

Otras sospechas médicas son:

  • Ansiedad o depresión.
  • Desequilibrio en los neurotransmisores.
  • Déficit de vitaminas.

¿La niebla mental solo se da con el COVID-19?

A pesar de que pueda parecer que este fenómeno solo se da en pacientes de COVID, lo cierto es que cualquier otra enfermedad podría provocarlo. Si los investigadores están en lo cierto y esta niebla mental se produce a cause de una respuesta inmunológica, cualquier virus o bacteria, en realidad, podría desatarla también.

Generalmente, cuando un paciente padece una enfermedad grave, siempre cabe la posibilidad de que desarrolle problemas cognitivos. El único motivo por el que recientemente se está asociando más al COVID-19, es porque ahora mismo, hay más infecciones por COVID-19.

¿Hay tratamiento?

En la medicina actual, la manera de tratar la niebla mental en un primer momento es similar a la de una lesión en la cabeza. Es muy importante descansar lo suficiente y evitar el estrés.

De todas formas, es vital conocer al máximo posible cuál podría ser el origen de la niebla mental para poder tratarlo con eficacia. En función de este origen, nos decantaremos por uno u otro tratamiento.

Dado que no hay ninguna evidencia que sustente que la niebla mental es permanente, lo más probable es que tras unas semanas, el paciente vuelva a la normalidad. Para ello, lo mejor es tratar de volver a sus rutinas habituales y tratar de mantener un estilo de vida saludable y la mente ocupada.

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Pilar Gómez Ruiz
Pilar Gómez Ruiz
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