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En la vida, todos enfrentamos desafíos emocionales o mentales en algún momento. Sin embargo, muchas personas se preguntan si los problemas que enfrentan son lo suficientemente graves como para buscar ayuda psicológica. Reconocer que necesitas apoyo profesional no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía que demuestra tu compromiso con tu bienestar. Sin embargo, ¿cómo distinguir si necesitas ayuda psicológica?

La importancia de reconocer cuándo buscar ayuda psicológica

Nuestra salud mental es tan esencial como nuestra salud física. Sin embargo, a menudo pasamos por alto o minimizamos los síntomas emocionales o mentales, creyendo que podemos manejarlos solos. Esto puede llevar a un empeoramiento de los problemas, afectando nuestra calidad de vida, relaciones y productividad.

¿Por qué es importante buscar ayuda?

  • Los problemas no resueltos pueden convertirse en trastornos crónicos.
  • La intervención temprana aumenta las posibilidades de una recuperación efectiva.
  • Mejorar tu salud mental beneficia todos los aspectos de tu vida.

¿Por qué no se busca ayuda?

A pesar de la importancia de cuidar la salud mental, muchas personas dudan en buscar ayuda. Algunas razones comunes incluyen:

  • Estigma social: El miedo al juicio o la vergüenza puede hacer que muchas personas eviten la terapia.
  • Creencias erróneas: Algunas personas creen que “ser fuerte” significa resolver los problemas sin ayuda, o que los problemas psicológicos desaparecerán por sí solos.
  • Falta de acceso o conocimiento: No saber dónde buscar ayuda o tener recursos limitados puede ser un obstáculo significativo.

Señales que no debes ignorar

Este tipo de avisos pueden darse tanto a nivel emocional como a nivel físico. Vamos a distinguirlos y recordemos que, en el caso de notar algún síntoma físico, es importante también acudir a nuestro médico de cabecera para que nos hagan un chequeo.

Señales de alerta emocionales

  • Cambios en el estado de ánimo: Si experimentas cambios drásticos o persistentes en tu estado de ánimo, es una señal de que algo no está bien. Algunos síntomas son la tristeza constante o sentimientos de desesperanza; irritabilidad o enfados desproporcionados; o euforia excesiva seguida de episodios de decaimiento.
  • Ansiedad persistente: Aunque este síntoma puede incluirse también en los síntomas físicos, hay que reconocer que cierto grado de ansiedad ocasional puede ser normal. Sin embargo, es preocupante si tienes dificultades para relajarte, tienes una sensación constante de peligro, te sientes constantemente preocupado o inquieto o incluso llegas a evitar situaciones debido al miedo que te generan.
  • Sentimientos de culpa: Si sientes que no vales nada o que eres una carga para los demás, estos pensamientos podrían ser un síntoma de depresión severa.
  • Anhedonia (falta de interés o placer): La pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas, como hobbies, deportes o pasar tiempo con amigos, puede ser un síntoma temprano de depresión.

Señales físicas

  • Problemas de sueño: se da en forma de insomnio (dificultad para conciliar/mantener el sueño), hipersomnia (dormir en exceso), o interrupciones en el sueño durante la noche.
  • Cambios en el apetito: comer demasiado o muy poco puede ser una respuesta al estrés o un síntoma de trastornos como la depresión o los trastornos alimentarios.
  • Fatiga constante: Si te sientes agotado incluso después de descansar, esto puede ser un indicador de problemas emocionales subyacentes.
  • Dolores sin causa aparente: dolores de cabeza frecuentes, tensión muscular o problemas digestivos pueden ser manifestaciones físicas de estrés emocional.
  • Problemas cardiovasculares: El estrés prolongado puede provocar palpitaciones, presión arterial elevada y otros síntomas relacionados con el sistema cardiovascular.

Señales conductuales

Además de las físicas y emocionales, hay otro tipo de señales que emite nuestra mente para indicar que algo no está bien. Hablamos de las señales conductuales, es decir, cambios en las actitudes, conductas o personalidad del paciente que no son coherentes o que difieren mucho de los valores y principios de la persona. Por ejemplo, que alguien a quien siempre le han gustado los animales de pronto no los soporte cerca de él o ella; o que alguien que siempre ha sido amable y generoso sea muy egoísta en todos los aspectos “de un día para otro”.

Vamos a ver algunas de estas señales conductuales:

  • Evitación de responsabilidades: descuidar el trabajo, estudios o el propio hogar o retrasar constantemente las obligaciones por falta de motivación pueden ser señales de agotamiento emocional o depresión.
  • Aislamiento social: Si evitas el contacto con amigos y familiares o prefieres estar solo constantemente, podría ser un indicativo de un problema mayor.
  • Dependencia de sustancias: El uso excesivo de alcohol, drogas o medicamentos para lidiar con emociones difíciles es una señal clara de que necesitas apoyo.
  • Cambio de hábitos de autocuidado: Por ejemplo, descuidar la higiene personal, acumular desorden en tu espacio personal o no ser capaz de mantener rutinas básicas (hacer deporte, cepillarse los dientes o simplemente vestirse adecuadamente si teletrabajas).
  • Comportamientos impulsivos: Tomar decisiones de forma muy impulsiva o generar cambios repentinos en relaciones importantes, como finalizarlas abruptamente, son señales alarmantes.
  • Episodios de ira o agresividad: La sobrerreacción en situaciones que antes no te molestaban, o el aumento de conflictos a tu alrededor debido a reacciones desproporcionadas o incongruentes también es un síntoma.

alerta roja: cuándo buscar ayuda Psicológica inmediata

Algunas señales requieren atención urgente, ya que podrían indicar una crisis grave de salud mental.

Pensamientos de autolesión o suicidio

Si tienes pensamientos de lastimarte a ti mismo o de que la vida no vale la pena, busca ayuda de inmediato. Hablar con un profesional o una línea de ayuda puede marcar la diferencia.

Indicadores clave

  • Expresiones verbales como:
    • “No vale la pena seguir viviendo.”
    • “Siento que soy una carga para los demás.”
    • “Todo estaría mejor sin mí.”
  • Planificación o preparación:
    • Buscar métodos para hacerse daño.
    • Hablar sobre el deseo de morir o dejar notas de despedida.
  • Cambios de comportamiento:
    • Dar objetos personales de gran valor emocional.
    • Aislarse drásticamente o mostrar una calma repentina después de una larga etapa de ansiedad o tristeza.

Episodios de pánico

Si experimentas ataques de pánico frecuentes que incluyen síntomas como dificultad para respirar, sudoración, palpitaciones y miedo extremo, esto requiere atención profesional.

Síntomas de un ataque de pánico

  • Físicos: Dificultad para respirar, sensación de asfixia, sudoración excesiva, palpitaciones, mareo o temblores.
  • Mentales: Miedo intenso, sensación de pérdida de control o miedo a morir.
  • Duración: Generalmente dura entre 10 y 20 minutos, aunque sus efectos pueden prolongarse durante horas.

Pérdida de contacto con la realidad

Experimentar alucinaciones, paranoia o pensamientos delirantes puede ser un signo de trastornos graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

Indicadores clave

  • Alucinaciones: Escuchar voces, ver cosas que no están presentes o experimentar sensaciones físicas sin causa aparente.
  • Delirios: Creencias falsas e irracionales, como pensar que alguien los persigue o que tienen poderes especiales.
  • Paranoia extrema: Sensación constante de que están siendo vigilados, seguidos o amenazados sin evidencia real.

Comportamientos autodestructivos

El comportamiento autodestructivo incluye acciones que ponen en peligro la seguridad de la persona o la de quienes la rodean. Puede manifestarse como consumo excesivo de sustancias, conducción temeraria o conductas de riesgo sexual. Algunos de estos comportamientos pueden ser:

  • Abuso de drogas o alcohol como forma de afrontamiento.
  • Exposición intencional a situaciones peligrosas.
  • Negligencia extrema hacia su bienestar físico o emocional.

Deterioro funcional severo

El deterioro funcional se refiere a la incapacidad de realizar actividades básicas debido a problemas emocionales o psicológicos. Esto incluye el descuido extremo de la higiene personal, la incapacidad de trabajar o estudiar y el aislamiento total.

Indicadores clave

  • No levantarse de la cama durante días.
  • No cumplir con responsabilidades básicas como pagar facturas o comprar alimentos.
  • Evitar todas las interacciones sociales, incluso con familiares cercanos.

Cómo dar el primer paso para buscar ayuda psicológica

Reconocer que necesitas ayuda es el primer paso, pero saber cómo proceder es igual de importante.

  1. Habla con alguien de confianza: Compartir tus sentimientos con un amigo o familiar puede ayudarte a encontrar apoyo inicial y orientación.
  2. Investiga opciones de terapia: Busca terapeutas certificados en tu área o explora terapias online si prefieres una opción más accesible.
  3. Consulta con un médico general: Un médico puede ayudarte a descartar causas físicas de tus síntomas y recomendarte un psicólogo o psiquiatra.

Líneas de ayuda y servicios de emergencia

En situaciones de sospecha de un problema psicológico, recurrir a líneas de ayuda o servicios de emergencia puede ser esencial. Estas organizaciones están capacitadas para manejar crisis de salud mental y proporcionar apoyo inmediato.

Recursos útiles:

  • Líneas de prevención del suicidio: Disponibles en la mayoría de los países.
  • Servicios de emergencia médica: Si hay riesgo inminente para la vida de la persona.
  • Unidades de salud mental: Centros especializados para evaluar y tratar crisis severas.

Es importante normalizar el cuidado de la salud mental, reconociendo que buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de fortaleza. Hablar abiertamente sobre la terapia y compartir experiencias positivas puede inspirar a otros a priorizar su bienestar emocional.

Si crees que necesitas ayuda psicológica, nosotros podemos ayudarte. Ponte en contacto sin compromiso y buscaremos la solución más adecuada a tus necesidades.

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Pilar Gómez Ruiz
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