loader

La soledad es una experiencia común en muchas personas mayores, especialmente en una etapa de la vida donde los cambios significativos pueden provocar sentimientos de aislamiento. La jubilación, la pérdida de seres queridos, los hijos que se independizan o incluso la disminución de la movilidad pueden intensificar el miedo a la soledad, convirtiéndolo en un desafío emocional y psicológico. Sin embargo, es posible afrontar esta etapa de manera saludable y encontrar formas de disfrutar la vida, reforzar conexiones sociales y mantener un bienestar emocional estable.

La soledad en la tercera edad: un problema común, pero no inevitable

La soledad no es una parte inevitable del envejecimiento, aunque afecta a muchas personas mayores. Estudios han demostrado que la soledad crónica puede tener un impacto significativo en la salud mental y física, incrementando el riesgo de depresión, ansiedad, problemas cardiovasculares y deterioro cognitivo. Sin embargo, no todas las personas mayores experimentan soledad. La forma en que enfrentan este sentimiento depende de factores como su entorno social, su actitud hacia los cambios y el acceso a recursos de apoyo.

Es importante distinguir entre la soledad objetiva, que se refiere a la falta de compañía, y la soledad subjetiva, que es la sensación de aislamiento o desconexión incluso cuando hay otras personas alrededor. Ambas pueden ser desafiantes, pero se pueden abordar con estrategias específicas.

¿Qué tipo de soledad es peor?

Determinar si la soledad objetiva o la soledad subjetiva es peor para las personas mayores depende de cómo ambas afectan su bienestar emocional, mental y físico. Ambas formas de soledad pueden ser perjudiciales, pero la soledad subjetiva tiende a tener un impacto más profundo y prolongado en la salud de las personas mayores.

¿Por qué ocurre esto? Nosotros te lo explicamos:

  • Tiene un impacto emocional más profundo: La soledad subjetiva está directamente relacionada con cómo una persona interpreta y experimenta sus conexiones sociales. Si sienten que sus relaciones no son significativas o que no tienen apoyo emocional, esto puede desencadenar estrés crónico, depresión y ansiedad.
  • Es más difícil de abordar: A diferencia de la soledad objetiva, que puede aliviarse ampliando la red social o facilitando interacciones, la soledad subjetiva está profundamente ligada a las emociones y la percepción personal. Cambiar la perspectiva de una persona sobre sus conexiones sociales puede ser un desafío más complejo.
  • Se relaciona con el deterioro cognitivo: Estudios han demostrado que la soledad subjetiva está más asociada con el deterioro cognitivo y el aumento del riesgo de enfermedades como el Alzheimer. Esto podría deberse a que el estrés emocional crónico afecta negativamente al cerebro.
  • Produce aislamiento emocional: Incluso con apoyo físico o visitas frecuentes, una persona mayor que experimenta soledad subjetiva puede sentirse desconectada emocionalmente de quienes la rodean, lo que intensifica su sensación de aislamiento.

Esto, no obstante, no quiere decir que la soledad objetiva no sea dañina. Aunque la soledad subjetiva suele tener un impacto emocional más intenso, la soledad objetiva también puede ser perjudicial, especialmente si conlleva aislamiento físico.

La tecnología en la lucha contra la soledad

La tecnología puede ser una aliada poderosa para combatir la soledad en personas mayores. Herramientas como teléfonos inteligentes, tablets y redes sociales permiten mantener conexiones sociales y acceder a recursos útiles.

Pero, ¿cómo podemos aprovecharla?

Medio de comunicación

Una de las principales ventajas de la tecnología es su capacidad para acortar distancias. Aplicaciones como WhatsApp, Zoom, Skype y FaceTime permiten realizar llamadas y videollamadas con familiares y amigos, incluso si se encuentran lejos.

Consejo práctico

Crear una rutina semanal para videollamadas con seres queridos. Por ejemplo, una llamada cada domingo para ponerse al día puede convertirse en un momento especial para ambas partes.

Redes sociales: un puente social

Plataformas como Facebook, Instagram o grupos de WhatsApp pueden ser útiles para que las personas mayores se mantengan conectadas y actualizadas con lo que sucede en la vida de sus familiares y amigos. Además, estas redes son una herramienta para unirse a comunidades de intereses compartidos.

Programas y eventos virtuales

Muchas organizaciones ofrecen actividades y eventos virtuales diseñados específicamente para personas mayores. Esto incluye clases de yoga, meditación, manualidades, idiomas y cursos en línea, que son accesibles desde la comodidad del hogar.

Entretenimiento y aprendizaje

La tecnología también es una puerta al entretenimiento. Tablets, smartphones y televisores inteligentes ofrecen acceso a películas, series, música y libros electrónicos, además de ser herramientas para aprender nuevas habilidades.

Te dejamos algunas de nuestras mejores recomendaciones en este campo:

  • Streaming: Plataformas como Netflix, Amazon Prime o YouTube permiten acceder a contenido que puede entretener y fomentar el aprendizaje.
  • Ebooks y audiolibros: Aplicaciones como Kindle o Audible hacen que la lectura sea accesible sin importar limitaciones visuales o físicas.
  • Juegos interactivos: Juegos diseñados para entrenar la memoria, como aplicaciones de puzzles o sudokus, ayudan a mantener la mente activa.

Telemedicina y servicios esenciales

La tecnología no solo conecta con personas, sino también con servicios fundamentales para la salud y el bienestar. La telemedicina ha ganado terreno en los últimos años, permitiendo a las personas mayores acceder a consultas médicas desde casa, algo crucial para quienes tienen movilidad reducida.

Además, existen aplicaciones diseñadas para facilitar el día a día, como servicios de entrega a domicilio, compras en línea y transporte (Uber o apps locales).

Afrontando el miedo a la soledad

Causas principales del miedo a la soledad en personas mayores

El miedo a la soledad en las personas mayores puede tener múltiples causas. Entender estos factores es clave para abordar este sentimiento de manera efectiva.

Algunas de las causas más comunes que desembocan este tipo de temores son:

  • Pérdida de seres queridos: La pérdida de un cónyuge, amigos cercanos o familiares puede dejar un vacío emocional difícil de llenar. Este tipo de duelo no solo trae tristeza, sino también un cambio significativo en la dinámica social y emocional de la persona.
  • Cambios en el estilo de vida: La jubilación, por ejemplo, puede ser un cambio positivo, pero también puede provocar una sensación de falta de propósito al reducir las interacciones diarias y las actividades estructuradas.
  • Problemas de salud y/o movilidad: Las limitaciones físicas o enfermedades crónicas pueden dificultar la participación en actividades sociales, lo que lleva al aislamiento.
  • Pérdida de entorno social: A medida que los hijos se mudan, los amigos se dispersan y las rutinas cambian, muchas personas mayores sienten que sus redes sociales se reducen.
  • Estigmas socioculturales: El envejecimiento a menudo viene acompañado de estigmas sociales que pueden hacer que las personas mayores se sientan menos valoradas o importantes, lo que contribuye a la soledad y el miedo a ser olvidadas.

Impacto del miedo a la soledad en la salud

El miedo a la soledad puede tener un impacto profundo en la salud física y mental de las personas mayores. Entre las consecuencias más comunes están:

  • Problemas emocionales: Aumento del estrés, ansiedad, depresión e incluso sentimientos de desesperanza.
  • Deterioro cognitivo: La soledad crónica puede estar relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
  • Complicaciones físicas: Incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y debilitamiento del sistema inmunológico.
  • Calidad de vida reducida: La soledad puede disminuir la satisfacción general con la vida, haciendo que las personas mayores se sientan menos motivadas para participar en actividades o cuidar de sí mismas.

Afrontar este miedo de forma saludable

Afrontar el miedo a la soledad requiere un enfoque integral que combine estrategias emocionales, sociales y físicas. A continuación, te ofrecemos pasos prácticos para manejar esta etapa de la vida de forma saludable:

Reconoce y acepta tus sentimientos

El primer paso para abordar la soledad es reconocerla y aceptarla sin juicio. Es normal sentirse solo en ciertos momentos de la vida, pero es importante no quedarse atrapado en ese sentimiento.

Consejo práctico

Escribe en un diario tus emociones y reflexiona sobre las causas de tu soledad. Hablar con un terapeuta o consejero también puede ayudarte a entender mejor tus sentimientos.

Fortalece tus conexiones sociales

La calidad de las relaciones es más importante que la cantidad. Busca maneras de conectarte con amigos, familiares o vecinos que te hagan sentir valorado. Para ello, puedes:

  • Participar en reuniones familiares o llama a tus seres queridos con regularidad.
  • Unirte a grupos comunitarios, clases o clubes que compartan tus intereses, como jardinería, lectura o manualidades.
  • Usar la tecnología para mantenerte en contacto con amigos y familiares que estén lejos. Videollamadas y mensajes son herramientas útiles para sentirte más cerca de ellos.

Encuentra nuevos hobbies

Explorar nuevos intereses puede ayudarte a mantenerte activo y ocupado, reduciendo los sentimientos de soledad. Algunos ejemplos de actividades que podrían interesarte son:

  • Clases de arte o manualidades
  • Baile, yoga o pilates
  • Voluntariado y organizaciones benéficas
  • Jardinería
  • Lectura
  • Cursos en línea: por ejemplo, introducción a nuevas tecnologías
  • Costura y crochet
  • Actividades al aire libre: senderismo, caminatas, visitas a museos y parques naturales…

Ten en cuenta que estas actividades no solo ocupan tu tiempo, sino que también te conectan con personas que comparten tus intereses y que te ayudarán a disfrutar de los mismos.

Mantén una rutina diaria estructurada

Una rutina establecida puede dar un sentido de propósito y dirección a tus días, reduciendo la sensación de aislamiento. Los consejos más comunes para iniciar una rutina son:

  • Establece horarios para comer, hacer ejercicio y descansar.
  • Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir productivo, como cuidar plantas, cocinar o leer.
  • Integra momentos de socialización o actividades recreativas en tu rutina semanal.

Practica el autocuidado

El bienestar físico y emocional están estrechamente relacionados. Cuidar tu cuerpo puede ayudarte a mantener una mentalidad positiva. Nuestras recomendaciones son:

  • Mantén una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras y proteínas magras.
  • Realiza ejercicio regular, como por ejemplo, una caminata diaria de 20 minutos.
  • Prioriza el sueño, asegurándote de dormir entre 7 y 8 horas por noche.
  • Acude a chequeos médicos regulares para abordar cualquier problema de salud.

Fomenta tu independencia

Aunque pedir ayuda está bien, fomentar tu independencia puede aumentar tu autoestima y reducir el miedo a depender de otros.

Por ejemplo, pequeñas acciones a tomar para incrementar tu independencia:

  • Aprende habilidades nuevas, como cocinar o manejar tecnología.
  • Realiza pequeñas tareas por tu cuenta, como ir al supermercado o dar paseos cortos.
  • Usa herramientas que faciliten tu día a día, como bastones, carritos de compras o dispositivos tecnológicos.

Busca apoyo emocional y profesional

Hablar con alguien que entienda tus preocupaciones puede marcar una gran diferencia. Si todavía no estás listo/a para acudir a un terapeuta, o crees que no lo necesitas, te dejamos algunas opciones que pueden ayudarte:

  • Únete a grupos de apoyo para personas mayores que enfrenten desafíos similares.
  • Consulta a tu médico de cabecera acerca de la terapia.
  • Participa en talleres de manejo emocional, como meditación o mindfulness.

Conéctate con la comunidad local

Participar en eventos comunitarios puede ayudarte a sentirte parte de algo más grande.

Algunos ejemplos de este tipo de eventos son:

  • Asiste a charlas, exposiciones o actividades organizadas por tu ciudad.
  • Únete a programas para mayores, como clases de gimnasia o clubes de lectura.
  • Participa en actividades religiosas o espirituales si te sientes cómodo con ello. Ten en cuenta que no siempre hay que ser religioso para participar en muchas de ellas.
PROGRAMA KIT DIGITAL COFINANCIADO POR LOS FONDOS NEXT-GENERATION EU DEL MECANISMO DE RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA​
Logos
(+34) 626 183 774
pilar@psicologasantander.es
C/ Lealtad Nº 19, 3º A
Santander, 39002
Cantabria
Pilar Gómez Ruiz
Pilar Gómez Ruiz
Doctoralia

Creemos que lo importante en la vida de las personas es el camino hacia la meta, y no el logro en sí.

Aviso Legal

Copyright © 2023 Psicología Ítaca. Todos los derechos reservados